Una tesis doctoral recuerda y ensalza la figura del arquitecto y diseñador valenciano Pedro Miralles Claver. El pasado 15 de diciembre, la ingeniera técnica en Diseño Industrial Pilar Mellado, defendió en la Universitat Politècnica de València (UPV) su trabajo académico —dirigido por el profesor Doctor Javier Pastor—, sobre la vida y los proyectos de este profesional valenciano que falleció en 1993, con tan solo 38 años.

En opinión de Mellado, el trabajo del diseñador «no está muy reconocido» injustamente, y apenas se le cita en algunas publicaciones.

El objetivo de la tesis doctoral, como explica la investigadora de la UPV, es que haya documentación sobre este arquitecto de formación y diseñador de muebles y otros objetos, de profesión.

Pedro Miralles nació en Valencia el 26 de agosto de 1955 y fue el primero de cuatro hermanos. Estudiante aplicado, empezó a cursar Arquitectura en la UPV y en 1976 se trasladó a Madrid, donde finalizó sus estudios y desde donde trabajaba. Allí vivió «la Movida madrileña» y fue contemporáneo de personalidades como el cineasta Pedro Almodóvar, la fotógrafa Oukalele y el diseñador de moda Jesús del Pozo.

Se inició en el diseño a través del mundo de la moda, cuyo ritmo de cambio de temporada cada seis meses «no llevaba muy bien», según explica Mellado. Después, paso a la creación de muebles, un trabajo «más personal y más dedicado y pausado» en el que podía emplear más tiempo a cada proyecto.

El diseñador valenciano creaba «muebles 'serenos', elegantes con materias primas nobles —madera, cristal, tubo, acero...— y acabados perfectos» explica la doctora de la UPV que, además, destaca «la personalidad propia» de esos muebles. Este estilo contrastaba con la corriente predominante de la época: el postmodernismo de formas muy atrevidas llenas de color.

Pedro Miralles se basó en la rigurosidad del neoclasicismo e incluía motivos arquitectónicos en sus creaciones. Según Pilar Mellado, sus muebles sobrios y elegantes «pueden vivir con nosotros toda la vida sin pasar de moda» por su carácter atemporal, y en ellos también influyeron los gustos literarios y el amor por los viajes que tenía el diseñador.

Precursor del diseño emocional

Una de las características que definen los muebles de Miralles es la de dotar a cada uno de un significado propio y singular y de intentar que cada diseño cree «un vínculo emocional» con el usuario. Esto, como explica Pilar Mellado, se conoce hoy en día como «diseño emocional» pero no era común en su época.

En 1984 Miralles creó en Madrid su propia empresa, Nuevas Manufacturas (NMF), y pese a diseñar y trabajar desde esa ciudad, la mayoría de diseños eran fabricados por firmas valencianas, como Ebanis, Andreu World, Muebles DO+CE, Encanya y Punt Mobles; junto a otras de diferentes comunidades autónomas como Sellex, Artespaña, Santa & Cole o BD Ediciones de Diseño. Ahora, muchas de estas empresas han cerrado, comenta la investigadora. No obstante, la firma vasca Akaba continua produciendo, desde 1988, el taburete Dry Martini, que es la única pieza de Miralles que sigue comercializándose en la actualidad. Pero además, según le han confirmado a Pilar Mellado, Metalarte, de Barcelona, tiene previsto lanzar en marzo o abril la lámpara de mesa Liquid, realizada en alabastro que en 1990 ya fue editada por la firma catalana Eclipsi, y que también ideó el diseñador valenciano. Aparte de esto, sus muebles ya solo pueden conseguirse en el mercado de segunda mano porque gente «que no sabe lo que tiene» —apunta la investigadora— se quiere deshacer de alguno.

Algunas de sus creaciones más destacables son el escritorio Compás, la mesa auxiliar Andrews Sister, la Silla Acuática o el aparador Poynton, además de la mesa Balauster, que se fabricó para el pabellón de la Comunitat Valenciana de la Expo del 92.

La investigadora espera que su trabajo doctoral que empezó en 2010 y surgió al elaborar una tesina sobre la historia del diseño valenciano en los años 90, sirva para que resurjan los proyectos de Miralles y alguna otra empresa se anime a volver a producirlos.