La comunidad educativa del colegio de Utiel al que asiste Alejandro, el niño que ganó en los tribunales su derecho a la educación en igualdad como contó Levante-EMV el pasado 14 de enero, defienden la profesionalidad de la plantilla docente, que consideran que algunas declaraciones de la madre del menor pueden «poner loen duda».

Cuando en septiembre de 2013, los padres de Alejandro quisieron escolarizar al niño en este centro y la Dirección Territorial de Educación de Valencia accedió, «todos eran conscientes de que un centro ordinario carecía de los recursos materiales y personales para atenderlo adecuadamente», explica la comunidad educativa del colegio.

No obstante, una vez escolarizado, Alejandro «siempre ha recibido las máximas atenciones posibles del personal del centro y del material disponible», destacan los profesores, quienes se muestran «de acuerdo en que todos los alumnos (con o sin discapacidad) tienen derecho a una educación en igualdad, y -matizan- nos alegramos de que así sea». Respecto a la educadora, des del centro explican que el curso pasado y el actual Alejandro cuenta con una educadora media jornada todos los días, y no solo «90 minutos al día, periodo que amplió a dos horas y media y, para este curso, a media jornada y no todos los días», como dijo la madre.

Sobre las carencias de material adaptado, «siempre se han tratado de suplir hasta su adjudicación por parte de Conselleria, aprovechando el material del centro y adaptándolo con la supervisión de la madre y del personal especializado», apuntan desde el colegio y añaden que «en estos tres cursos, los padres solamente trajeron un pupitre un día para mostrar cómo debía de ser el que necesitaba el niño».

Los profesores quieren remarcar que desde el equipo directivo y el equipo docente «siempre se han atendido las necesidades manifestadas por los padres y especialistas del centro» y han realizado los trámites necesarios para su solicitud, y como muestra de ello argumentan desde el centro que el pequeño ya dispone de una mesa adaptada, una silla adaptada, una tablet..., todo ello proporcionado por la Conselleria de Educación y sin coste alguno para la familia.

Además, durante este verano se ha realizado la adaptación de un aseo del centro para atender las necesidades del niño, cuyo coste ha asumido el centro y el equipo directivo ha realizado los trámites necesarios para su autorización».

Por otro lado, también comentan que «hasta la fecha no ha habido necesidad de llamar a la madre ningún día» para atender al niño en falta de la educadora.

«Dolidos» con la madre

Desde el centro también se muestran «dolidos» ante la declaración de la madre en la que afirmaba que «no quieren a los niños con discapacidad en colegios ordinarios». «Ante todo somos profesionales de la educación, y es con los alumnos con discapacidad -Alejandro no es el único del centro-, con los que más nos volcamos en el trabajo para suplir las carencias materiales y de personal, tanto el equipo directivo como los tutores y todo el profesorado, con especial mención de las especialistas de PT y AL que trabajan directamente con ellos», quisieron matizar las fuentes del centro.

«En el caso que nos ocupa si existe algún tipo de discriminación, ésta es positiva», explican. El niño, además de la tutora, siempre está acompañado de la educadora o una maestra especialista, y los horarios del centro se organizan en torno al horario del personal que lo atiende.

Por último, el profesorado y la directiva lamentan «la imagen que se está dando del centro y de la enseñanza pública y esperamos que no se confunda el luchar por los derechos de un hijo con echar por tierra la labor que venimos realizando», afirman.