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Especies

Las aves protegidas muertas por disparos en l'Albufera se triplican en cuatro años

Las organizaciones ecologistas exigen a la Generalitat más control y actuaciones contundentes

Juvenil de martinete abatido. En sus invernadas es capaz de hacer cerca de tres mil kilómetros con destino a lugares como Mali o Marruecos. Yanina Maggioto

El número de especies protegidas abatidas por disparos en el Parque Natural de la Albufera se ha incrementado un 214% entre 2012 y 2015, periodo en el que los ejemplares atendidos para su cura o registrados como fallecidos en los centros de recuperación de fauna ha pasado de 7 a 22 en ese intervalo, algunos de ellos como el aguilucho lagunero en peligro de extinción y en su gran mayoría víctimas de la munición con plomo, estrictamente prohibida en los humedales protegidos.

Ante estos datos «alarmantes», la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife) ha pedido a la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático que realice con urgencia una «profunda revisión» de los Planes Técnicos de los cotos de caza vigentes en el parque natural y solicita la inmediata redacción de un «Plan Marco de Caza» que los coordine y que regule aspectos como «el establecimiento de cupos y la delimitación de zonas de reserva», según explicó Mario Giménez, delegado de SEO en la Comunitat Valenciana.

Existen dudas entre los ornitólogos sobre si la conselleria está haciendo todo lo posible para evitar esta sangría. De hecho, SEO-Birdlife ha reclamado información sobre los 42 informes remitidos al Servicio de Caza y Pesca de la Generalitat sobre la caza de especies protegidas en los acotados de l'Albufera y el uso de munición de plomo. Se pregunta si estos informes «han provocado la apertura de algún expediente y si han derivado en alguna medida sancionadora contra los posibles culpables o en los cotos en los que se han producido los hechos».

Levante-EMV ha sabido que a finales de 2014 y ante la confirmación que el relajo de los controles provocaba efectos negativos en la conservación de las aves, SEO-Birdlife se reunió con técnicos de parques naturales, Biodiversitat, Caza y Pesca , cazadores y el Seprona de la Guardia Civil «sin que los compromisos adquiridos entonces se hayan traducido en medidas concretas o en un cambio de actitudes», como evidencia, según las fuentes, que el número de aves afectadas por los disparos haya aumentado desde entonces.

Víctimas en aumento

Según SEO-Birdlife, en los últimos cinco años 86 aves protegidas han sido abatidas en el Parque Natural de la Albufera. Un 88% de las mismas sufrieron un disparo«durante el periodo de caza y en más de un 70 % de los casos la munición empleada fueron perdigones de plomo, «terminantemente prohibidos» desde 2007.

Los disparos sobre «Maruján», un ejemplar de águila calzada provisto de un rastreador satélite y abatida hace unos días en Sueca refrendan, en opinión de Pablo Vera, técnico de la delegación de Valencia de la asociación, «la tendencia al alza de ingresos por disparo de aves no cinegéticas».

Los disparos están afectando a especies como el avetoro, catalogada como en «peligro de extinción», o el «aguilucho lagunero», incluido en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazada. Sin embargo, los problemas no acaban con la muerte de estos ejemplares.

«La presencia de perdigones de plomo en los humedales es un grave problema de conservación, que provoca serias intoxicaciones a las aves y es la causa de la muerte anual de cientos de miles de ellas, motivo por el que el uso de esta munición en humedales protegidos esta prohibido», concluye Nicolás López, del área de Conservación de SEO-Birdlife.

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