Pablo Iglesias ofreció ayer a Pedro Sánchez un pacto de Gobierno para investirle presidente. La oferta, según el líder de Podemos, incluía los 65 votos de la formación morada y los 2 votos de Izquierda Unida. Junto a los del PSOE, un total de 157 para hacer a Sánchez presidente. Iglesias se dejaba fuera de la suma y del pacto de gobierno a los 4 diputados de Compromís que el pasado jueves decidieron pasar el resto de la legislatura en el grupo Mixto.

No pidió su apoyo, ni contó con sus votos, porque la aritmética electoral le permite prescindir de ellos. Al tripartido propuesto por el líder de Podemos le faltan 7 votos para poder ser aprobado en el Congreso de los Diputados por mayoría simple. Un número que convierte en insuficiente a los 4 parlamentarios de Compromís y obliga a buscar el apoyo de los catalanes, ya sea de Esquerra Republicana de Catalunya (9) o de Democràcia i Llibertat (8).

A lo largo del convulso día de ayer, diferentes dirigentes de Compromís se mostraron partidarios del posible gobierno anunciado por Iglesias, pero recelaron de un apoyo sin condiciones. «Nuestro voto está vinculado a las políticas que se vayan a hacer. No damos investiduras gratis», advirtió la vicepresidenta, Mónica Oltra. Sin embargo, Compromís tendría que votar en contra de un posible gobierno de izquierdas PSOE-Podemos para convertir sus 4 votos en relevantes. Amenazando así con votar en contra de sus dos socios de gobierno en la Comunitat Valenciana.

En este sentido, sólo dos opciones convierten los votos de Compromís en indispensables: El caso de un pentapartito que incluya por ejemplo a PSOE, Podemos, IU, Bildu y Compromís; y en el caso de que Sánchez e Iglesias optaran por buscar la complicidad del Partido Nacionalista Vasco (6 votos), lo que requeriría, al menos, de otro votos para poder llevar al socialista a La Moncloa. Así y todo se trata de dos opciones complejas, descartadas en principio por ambos partidos.

Sin cartera de ministro

La oferta de Iglesias incluyó la condición de un reparto proporcional de las sillas en el Consejo de Ministros. Así, contempló un sillón para Izquierda Unida „Garzón confirmaría horas después que aceptaba el acuerdo„ y otro, mucho más significativo, para En Comú-Podem, y concretamente para Xavier Doménech, el líder de la «confluencia» catalana de Podemos. De nuevo, Iglesias, evitó mencionar a sus socios valencianos.