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Abriendo foco

Los emergentes también lloran

Hay destacados miembros de la patronal que abogan por seguir sin gobierno. La economía funciona mejor sin nadie que la dirija.

Los emergentes también lloran

Ante la situación que se vive en la política española y en un reciente encuentro, un dirigente patronal aventuraba: «Mejor seguir sin gobierno. Así no pueden legislar ni romper lo que ya funciona». Contra todo pronóstico, la idea del empresario en cuestión fue aplaudida mayoritariamente por el resto de sus colegas allí presentes en número considerable y habiéndose reunido alrededor de una mesa volúmenes de facturación envidiables. Entre la hastiada ciudadanía también ha obtenido fortuna la idea de que los políticos están, realmente, para molestar. Sus líos internos agotan, sus discusiones no son de este mundo y contra lo que pretendía la «nueva política» y sus voceros, siguen tan lejos, si no más, de los ciudadanos que antes.

Loa del interinaje. Se estudia en las aulas de políticas. En 2010 Bélgica estuvo 500 días sin gobierno „el país más tiempo descabezado de la era moderna„ con un primer ministro en funciones y la incertidumbre consiguiente. Pues bien. La economía belga, paradójicamente, mejoró en variables como el paro, pib, déficit y salario mínimo, entre otros marcadores. En España los empresarios piden estabilidad pero también destacan „no sin sorna„ que la ausencia de un poder real evita que se obstaculice la „al parecer„ buena marcha económica. Mejor si los gobernantes no normativizan, no legislan, no generan problemas añadidos ni disputas.

No caerá esa breva. Sin embargo todo lo bueno se acaba y pronto habrá gobierno. Por primera vez los valencianos han tenido voz en Madrid, aunque sea para entonarla en un sainete. Tras el culebrón de los grupos parlamentarios „en el que Compromís han tenido «veu pròpia»„ la situación parece que madura. Se han despejado las dudas y orillado lo prescindible. Compromís „que ha disfrutado del centro de la pista hasta para que Joan Baldoví le bromee al Rey„ flirtea con la división y, por tanto, se arriesga a la intrascendencia.

Sánchez presidente. Despejado el guirigay de los grupos se abren perspectivas reales de un gobierno presidido por Pedro Sánchez „uno de los grandes perdedores de las elecciones„ si Podemos se merienda algunas líneas rojas. Sánchez, en la actualidad, ocupa el centro en nuestro paradigma político. Una vez alcanzado el pacto con Pablo Iglesias, PNV y contando con algunas abstenciones, albriciará su ejecutivo. Algo impensable hace días. Reeditará lo de la aritmética variable de Zapatero pactando con sus socios la agenda territorial y social por una parte, y con PP y C's las reformas necesarias y la asunción de las sugerencias que haga Merkel.

Derivadas interesantes. Pero, ¿qué réplicas se observan en el ámbito local? Valencia es un lugar donde la fiesta acaba por la tarde. O en el que te acuestas como un denostado cadáver político y te levantas líder proteico, o a la inversa. Así le ha sucedido a Mònica Oltra, que transita en la actualidad terrenos cenagosos tras no poder cumplir su grupo la promesa electoral de formar grupo parlamentario independiente en el Congreso. Lo sabía Compromís. Han insistido en que era suficiente contar con cinco diputados para tener grupo propio. Pero saben que no es cierto. Ni aún teniendo el apoyo que Sánchez „en este caso sí„ ha prestado a los independentistas catalanes en el Senado, hubiera obtenido Compromís su ansiado grupo.

Lo dice la norma. No es que no. Se pueden obtener más de cinco representantes, superar el 15% de votos en la circunscripción, pero es que además el partido que aspire a formar grupo parlamentario ha de haber competido con todas y cada una de las formaciones con las que concurrió a las urnas en régimen de competencia. Y lógicamente, si uno se presenta en coalición „como es el caso„ pues ya no compite con su coaligado. Parece claro, ¿verdad?¿Es prevaricación política prometer cosas a saber que no se pueden cumplir?

Oltra debilitada. El asunto, como decimos, debilita a la vicepresidenta Oltra. Tenía fama la vice de fagocitar todo lo que tocaba pero ha sido Pablemos quien ha zampado a Compromís. La estrategia del líder madrileño ha sido de libro y aunque Iglesias ahora es objeto de presiones desde sus sellos periféricos para que pacte con Sánchez, hay que descubrirse ante el control táctico exhibido por el emergente político.

La vida tripartita. Lo que ya no se puede asegurar con tanta rotundidad es que los acontecimientos vividos no arruinen a medio plazo el espíritu del tripartito, aunque la moqueta une mucho. El gobierno de Sánchez „si se confirma„ pondrá sordina a la reivindicación valenciana de un sistema de financiación justo, obligará a la responsabilidad y modulará el quejido y el lamento de la Generalitat. Sánchez „si entra en la Moncloa„ tendrá algún gesto para con Ximo Puig, puede que mejore puntual y temporalmente algún parámetro como una señal política. Pero nos tememos que poco más. Las hipotecas territoriales y las tensiones con los socios harán el resto. President, mejor a la contra, y tú lo sabes.

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