El Ministerio de Sanidad tiene pendiente de reunirse con las comunidades autónomas para trazar un protocolo ante la nueva amenaza a nivel mundial que supone el avance del virus zika en centro y sudamérica y su posible vinculación con los problemas de microcefalia que se están notificando. El virus ya ha llegado a España a través de dos mujeres sudamericanas residentes en Cataluña. Pese a que ahora no existe peligro de extensión del virus, desde el Gobierno sí se ha reconocido que existe un riesgo «real» de contagio si se dieran las condiciones para ello sobre todo en las zonas en las que está actualmente implantado el mosquito tigre, vector necesario para propagar el virus de una persona infectada a otra.

Con todo, en las previsiones ministeriales se asegura que el número de casos a registrar no será, en ningún momento, superior a los ya reflejados de otro virus tropical también propagado por el mismo mosquito: el chikungunya. Según la evaluación del riesgo de introducción de la enfermedad que hicieron los técnicos la pasada semana, tomando como referencia la evolución del chikungunya «podríamos esperar un número de casos importados no superior a los detectados por esta enfermedad desde que se inició su vigilancia en 2014».

Los datos del Ministerio de Sanidad hablan de 266 casos notificados en 2014 y de 198 hasta el 1 de noviembre de 2015. La buena noticia es que todos ellos fueron «importados», es decir, los contagiados por el virus de la chikungunya lo fueron en países de Sudamérica y desarrollaron la enfermedad ya en suelo español pero no ha habido contagio en España de persona a persona.

Para evitar que esto suceda, la Comunitat Valenciana dispone de un protocolo de inspección y vigilancia entomológica que actúa «con mucha rapidez» y que ya se puso en marcha en el caso del falso positivo de chikungunya que se registró el pasado verano en Gandia.

«Se actúa desde que existe una sospecha», explicó a Levante-EMV el entomólogo y catedrático de control de plagas de la Universitat de Valencia, Ricardo Jiménez-Peydró. «El primer paso es realizar una encuesta epidemiológica de dónde ha estado la persona y se hace una vigilancia para buscar huevos, larvas o mosquitos adultos. Se cogen muestras y se llevan a laboratorio», explicó el entomólogo. Después de tratar la zona, la operación se repite a los 10 días, mientras en el laboratorio se confirma con análisis y contraanálisis si las muestras están o n o contaminadas.