Otros afectados por esta huelga de controladores fueron los alumnos de una clase de Bellas Artes de la Universitat de València, que había viajado hasta Berlín para estudiar su patrimonio artístico y cultural. Entre ellos viajaba Flor, alumna de 60 años que llamó a su hijo para alertarle de que estaba atrapada en el aeropuerto berlinés y que estaban rodeados de policía. «Mi madre se llevó la medicación justa para cuatro días, no tiene más», explicó a este diario su hijo Juan, preocupado. «Ryanair no les da explicaciones del por qué de la cancelación y el consulado español tampoco. Están asustados», lamentaba. Su salida estaba prevista sobre las ocho de la tarde y al cierre de esta edición la compañía todavía no les había facilitado ninguna solución ni vuelos alternativos. m. b. valencia