El exdirector de Operaciones y de Planificación de Ferrocarrils de la Generalitat Manuel Sansano ha opinado que el libro de averías del metro accidentado en 2006, que "no se encontró", no debe contener "información relevante", pues si hubiese habido una incidencia el maquinista lo habría comunicado al puesto de mando.

Sansano, quien ha abierto hoy en las Corts Valencianes la tercera jornada de comparecencias en la comisión de investigación sobre el accidente de metro de Valencia de 2006, donde murieron 43 personas, ha dicho que en ese libro se anotaban cuestiones como si "el pito no va bien o el aire acondicionado no enfría", para que cuando la unidad se revisara en taller se tuvieran en cuenta.

Ha insistido en que, si hubiese habido una avería, el maquinista lo habría comunicado y se hubiera actuado, mientras que si se hubiera producido en el momento del siniestro "no habría podido escribirla" en el libro, por lo que este habría sido "inútil" el día de los hechos.

El exdirectivo de FGV ha negado "rotundamente" que la curva donde se produjo el accidente fuera un "punto negro", pues en 18 años pasaron por ella casi dos millones de trenes y no se comunicó ninguna incidencia, mientras que 21 maquinistas que declararon en el juzgado afirmaron que no habían tenido ningún accidente allí.

Respecto al informe sobre puntos negros en FGV elaborado por un maquinista en 2005, ha indicado que lo leyó tras el accidente y que recoge que la situación de la seguridad de la circulación en FGV era "buena", y solo había dos puntos negros, dos señales intermedias en San Isidro y Picaña que "no tienen nada que ver con este accidente".

Sansano ha defendido que el accidente se produjo por un exceso de velocidad y que no intervino un "elemento ajeno", sino que el maquinista, que es quien tiene en "exclusiva" la "responsabilidad de la conducción", no hizo lo que marcaba el reglamento de circulación, que es "como la Biblia" para ellos.

"Si el tren está en condiciones o no, si sale o no sale, si va a una velocidad mayor o menor, es una responsabilidad exclusiva del maquinista", ha aseverado, al tiempo que ha negado que se presionara a los maquinistas por llegar tarde.

Qué habría pasado con una baliza

Ha indicado que es el primer técnico que declara en esta comisión, aunque no es "un experto", y ha rechazado valorar qué hubiera pasado si se hubiera colocado una baliza en el tramo accidentado, pues hacer "elucubraciones" cuando ya han pasado las cosas "no viene a cuento".

Sansano ha admitido que uno de los trenes implicados en el accidente del metro, la unidad de tren articulado (UTA) 3736, tuvo tres accidentes previos, y ha aseverado que no ha quedado "acreditado que fallara ningún sistema de frenado".

Respecto a un informe de 2005 del director adjunto de explotación de FGV, Vicente Contreras, sobre el estado de las unidades, ha afirmado que "lo único que decía" es que las UTA estaban "entrando en obsolescencia" tras veinte años, que "no es lo mismo que en inutilidad", por lo que no tomó ninguna decisión, y ha acusado a algunos diputados de "sacar de quicio" la valoración de ese documento.

Ha afirmado que se limpiaban las ramas y las señales; que se hacían inspecciones de mantenimiento y reparación, pero desconoce su periodicidad porque no era el responsable, y ha defendido que el sistema de frenado ATP no se podía colocar en ese tramo en ese momento, por lo que "no era opinable" si se colocaba ese o el sistema ATP.

Finalmente, ha negado que fuera aleccionado para comparecer en la anterior comisión de investigación, y ha asegurado que no hubo una "contratación específica con dinero público" para preparar a los técnicos de FGV.