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Investigación

La mayoría de los hombres que comparte un apellido "raro" tienen el mismo cromosoma Y

Un investigador de la UJI pone fecha a los ancestros comunes que dan su nombre a miles de españoles tras estudiar 1.800 muestras de ADN

La mayoría de los hombres que comparte un apellido "raro" tienen el mismo cromosoma Y

Si usted es hombre y se apellida Albiol, Ribalta o Renau, sepa que hay muchas posibilidades de que tenga un cromosoma Y idéntico al de un señor de Murcia que se apellida igual. O de Lleida, o de Andalucía. Lo cierto es que todos, o casi todos, descienden de un mismo ancestro común que vivió hace varios siglos y que ha dispersado su linaje genético (junto a su apellido) por toda España.

Esta es la conclusión a la que ha llegado Conrado Martínez Cadenas, investigador del Departamento de Medicina de la Universidad Jaume I (UJI) de Castelló en un estudio que acaba de publicar en el «European Journal of Human Genetics». Genetista de formación, Martínez es aficionado a la genealogía y decidió unir sus dos pasiones tras ver la publicación de estudios similares en Gran Bretaña e Irlanda.

La propuesta inicial era sencilla: recopilar material genético suficiente de hombres de toda España que compartieran apellido (hasta 37 diferentes), de los más comunes a los más inusuales pero con la premisa de que no fueran familia entre sí. «Seleccioné apellidos con tres zonas de origen, castellanoleonesa, vasca y catalana-valenciana y de entre ellos de muchos tipos».

Entre los 37 hay referencias muy comunes en cada una de las zonas, como Martínez, Fernández, Aguirre o Andreu o más inusuales como Villaroel, Ansótegui o Albiol. Se trata de apellidos «muy raros», con entre 100 y 3.000 portadores en España. «Además también los seleccioné por tipo de apellido, los que proceden de un nombre -como Martínez- de oficios, de lugares, de apodos, de trabajos?». Ahí pesó su afición a la genealogía ya que escogió referencias que ya tenía «estudiadas». La segunda parte fue recopilar las muestras de material genético.

10.000 misivas enviadas

El investigador, actual vicedecano de la UJI, reconoce que buena parte del presupuesto del proyecto (financiado por el Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad de Santiago de Compostela y el Grupo de Genética Evolutiva Humana de la Universidad de Oxford) se fue en mandar cartas. «Envié como unas 10.000. Cogí las páginas blancas y fue seleccionando.... tuve un porcentaje de éxito del 17 %». El resto de muestras las consiguió con el viejo sistema del puerta a puerta. «Ahí sí, un 99 % de personas aceptaban darme la muestra de ADN una vez les explicaba el proyecto».

Con las muestras y tras el estudio en laboratorio, Martínez-Cadenas pudo establecer que cuanto menor es la frecuencia del apellido, mayor es la prevalencia del cromosoma Y entre los sujetos, o lo que es lo mismo, cuanto más raro el apellido, más posibilidades de que todos tengan un ancestro común. «La mayoría de los hombres que comparten apellidos relativamente raros [con menos de 6.000 portadores en toda España] también suelen compartir un cromosoma Y idéntico o muy similar», lo que significa que descienden «de los mismos fundadores originales de ese apellido por vía paterna».

Es el llamado linaje paterno, ya que los padres transfieren, no solo el primer apellido a sus hijos, sino también un cromosoma Y que es inalterable y fácilmente rastreable a través del tiempo.

Gracias al estudio, se ha podido determinar que en ciertos apellidos raros, el ancestro común vivió hace 200, 300 o incluso 800 años. Por ejemplo, en los «Albioles» «hay de tres tipos, y uno de ellos procede de un Albiol que vivió hace 800 años». Lo mismo sucede con otro apellido «raro»: Ribalta. «Hay en Valencia y en Lérida y tienen el mismo cromosoma que se remonta a hace 600 años».

El estudio podría tener su aplicación en el campo de la investigación forense. «Si se pudiera hacer una base de datos con la correlación, el cromosoma Y es ya una de las muestras que se toma en los escenarios de crímenes.

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