La exalcaldesa y senadora Rita Barberá, la responsable política a la que no pocos señalan en la operación Taula pese a estar libre de imputación, permanece atrincherada en su domicilio de la plaza Porta de la Mar del que apenas sale puesto que sus responsabilidades en el Senado todavía no la reclaman. Ni siquiera se desplaza para hacer la compra. Barberá, cliente habitual del Mercado Central, realiza ahora la compra en una tienda «gourmet» cercana a su domicilio, donde, según ha sabido este diario, compra lo habitual para abastecer su despensa y también alguna «delicatessen».

Mientras la exalcaldesa sigue en su encierro voluntario, el que hasta hace poco era señalado como sucesor al frente del grupo en Valencia, Alfonso Novo -ahora imputado o investigado por el juez- acudía ayer por la mañana, junto otros concejales del PP, a su despacho en el grupo municipal, por el que no había podido ir desde el registro efectuado el pasado martes por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Novo sigue siendo concejal aunque esté suspendido de militancia por el PP.

Cita obligada el 9 de febrero

Barberá espera acontecimientos en su domicilio, del que tendrá que salir inexcusablemente cuando se convoque el pleno del Senado, para el que se baraja la fecha del próximo 9 de febrero. La exregidora, que por su condición de senadora goza de aforamiento, no ha estado en su grupo de la Cámara Alta desde que ésta se disolvió tras la convocatoria de las elecciones del pasado diciembre.

Hoy está previsto que se reúna la Mesa del Senado -uno de los pocos órganos activos de la cámara- para analizar la posibilidad de constituir comisiones para empezar a trabajar. La cámara ha solicitado un informe jurídico para ver si las comisiones pueden empezar a funcionar pese a no estar formado el nuevo gobierno. La Cámara Alta como el Congreso están en situación de interinidad debido a la falta de acuerdo para la formación del nuevo Gobierno.

Además del funcionamiento de las comisiones, la Mesa del Senado tendrá que valorar hoy la asignación de los escaños, esto es, la ubicación y los asientos que ocuparán en la próxima legislatura sus señorías. La exalcaldesa, como presidenta de la comisión Constitucional se sentó en la anterior legislatura en las últimas filas del hemiciclo, casi debajo del «gallinero». El presidente del grupo y el secretario son los encargados de hacer las propuestas de ubicación, algo que en el caso del Congreso no ha estado exento de polémica por las quejas de algunos grupos por su mala ubicación en las tribunas.

Los grupos políticos también están negociando en la mesa del Senado la asignación de los despachos. Rita Barberá todavía no tiene el suyo. La exalcaldesa sí tiene secretaria, aunque compartida con otros senadores de su grupo y no dispone de chófer.

Mientras algunos senadores sí se han dejado ver por la cámara pese a no estar aún operativa, fuentes del grupo del PP en el Senado explicaron ayer que «no está prevista la presencia de Rita Barberá en los próximos días».