El Consell ha optado por una funcionaria de la casa como relevo del interventor de la Generalitat, que abandona el cargo. Amparo Adam realizará el trabajo que hasta ayer desempeñaba Francisco de las Marinas. La salida de este, en el cargo desde diciembre de 2012, se produce más de medio año después de la llegada al Consell de PSPV y Compromís y permite una sustitución tranquila.

Fuentes de la Generalitat aseguran que llegaron a temer que el cargo podía quedar vacante ante la dificultad para encontrar un profesional que aceptara un sueldo muy por debajo del que se percibe en otros ayuntamientos por desempeñar la misma función. La imposibilidad de ofrecer un sueldo superior al del presidente de la Generalitat, que está fijado en 67.615 euros anuales, y la situación económica en la que se encuentra la Generalitat hacen el cargo poco apetecible porque existen ayuntamientos en la provincia de Valencia donde el interventor tiene un sueldo superior a cien mil euros. El Consell llegó a cambiar la ley para permitir que a la Intervención general pudieran acceder funcionarios de ayuntamientos, aunque no cuajó la propuesta del PSPV de que pudieran mantener el sueldo que tuvieran en su anterior destino.

Adam es licenciada en empresariales y cuenta con una dilatada experiencia como interventora en entidades locales, aunque también lo ha sido de la Conselleria de Educación. La vicepresidenta, Mónica Oltra, destacó ayer que Adam se convierte en la primera mujer interventora, el máximo órgano de control interno de la Generalitat. María José Rodríguez está al frente de la dirección de la Abogacía, por lo que los dos principales puestos de supervisión estarán en manos de mujeres.