La intercepción de la célula que operaba entre Valencia, Alicante y Ceuta y enviaba material logístico camuflado como ayuda humanitaria se ha convertido en el último golpe recibido por el terrorismo yihadista en la Comunitat Valenciana. Este tipo de operaciones se ha incrementado en tiempos recientes. Así, entre septiembre y octubre del año pasado fueron detenidas dos reclutadoras del Estado Islámico en las localidades de Gandia y Xeraco.

La reiteración de casos en la Comunitat Valencia fue ayer analizada por técnicos de la firma AICS, especializada en seguridad internacional y habitual colaboradora de los cuerpos de seguridad del Estado. Consultados por la posible causa, los expertos argumentaron que «creemos que vienen a la Comunitat Valenciana al crecer la vigilancia en Ceuta y Melilla. Los registros y la presión en estos lugares están creciendo ante el aumento de la alerta general y las operaciones son cada vez más efectivas. Es entonces cuando apuestan por trasladarse a ciudades donde hay una notable presencia de musulmanes. Valencia, por ejemplo, tiene una comunidad musulmana razonablemente grande en calles como Dénia, Puerto Rico y Cádiz. Los terroristas van a lugares donde pueden sentirse cómodos y la C. Valenciana lo es».

A su vez, desde AICS explicaron que «este último proceso es diferente, ya que en el 90 % de las detenciones las personas arrestadas hacen labores de reclutamiento». Desde la empresa de seguridad también recordaron el vídeo difundido la semana pasada donde un terrorista ejecutaba a cinco personas y declaraba que «Al Ándalus no es portuguesa o española, es musulmana... no nos podemos olvidar de Xàtiva, Córdoba o Toledo» y expusieron que «en muchas de las últimas piezas que han publicitado por Internet hay reiteradas referencias a Al Andalus. El EI se ayuda mucho de estas estrategias de propaganda. No creemos que haya un claro peligro de atentados como los ocurridos en París, pero si podríamos encontrarnos con acciones perpetradas por una persona en solitario».