Los aficionados al «parany» podrían acabar reconvertidos en anilladores científicos y censadores de aves si obtienen el aval de alguna organización científica y presentan un plan «creíble» que permitiría, según los paranyers, mantener la vertiente más social de este afición, arraigada en varias comarcas valencianas.

El director general de Medio Natural y Evaluación Ambiental, Toni Marzo, se reunió ayer con representantes de la Asociación de Paranyers de Valencia (Apaval) después de que este colectivo les haya manifestado su voluntad de «abandonar» definitivamente la lucha para legalizar el parany.

Toni Marzo explicó a los representantes de Apaval su interés por mantener una vía de diálogo aunque recordó que este tipo de caza está «prohibida» por la Unión Europea y la Generalitat «está obligada a cumplir con el actual marco jurídico».

«En los últimos 20 años se han producido cuatro sentencias del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Tribunal, Supremo y Tribunal Constitucional y Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea que han fallado en contra de la normativa autonómica permisiva con el parany», recordó Marzo.

«No existe espacio para el parany como un lugar de caza aunque podríamos escuchar propuestas encaminadas a la reconversión de estos aficionados en colaboradores científicos para realizar censos de poblaciones migrantes de tordos y participar en el anillamiento de estas aves mediante el uso de redes japonesas», explicó.

Existe, añadió, otro obstáculo que es la «desconfianza» que los paranyers generan entre organizaciones conservacionistas como SEO-Birdlife, una de las pocas autorizadas por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente como colaboradora de la administración para la realización de censos y sin cuyo aval no podrían los paranyers desarrollar actividades de este tipo.

Marzo ha mantenido contactos en los últimos meses con SEO-Birdlife, agentes medioambientales, científicos y la propia Apaval en un intento de desactivar este conflicto.