El vagón de Metrovalencia accidentado en 2006 sólo se custodió por circuito cerrado de televisión en la estación de València Sud, adonde se trasladó tres semanas después del suceso en el que murieron 43 personas, sin que nadie lo vigilara físicamente y sin que se dieran instrucciones para su custodia.

Así lo ha asegurado hoy el coordinador del puesto de mando de seguridad en el momento del accidente, Manuel Javier Montero, quien pertenecía a una empresa externa de seguridad y fue despedido en noviembre de 2006, a su juicio dentro de una "caza de brujas para que no se filtrara información".

En su comparecencia ante la comisión parlamentaria de investigación del accidente de Metrovalencia de julio de 2006, ha asegurado que no se puso "ninguna medida" más allá de balizar con una cinta de no pasar la unidad siniestrada y que nadie les dio ninguna orden específica, ni por escrito ni oral, para custodiarla.

"Se dejó allí y ya está", ha explicado Montero, quien ha agregado que la unidad siniestrada estaba "abandonada completamente" y, con el paso del tiempo, la lona que había "tirada por encima" se iba soltando y el precinto "se iba deteriorando", sin que nadie fuera a ponerlo bien.

La unidad estaba allí "y la gente entraba y salía", posiblemente en su mayoría "por curiosidad", ha dicho Montero, quien ha admitido la existencia de un vídeo en el que se ve a gente con monos de trabajo "entrando y saliendo" de las lonas, que se entregó al jefe del servicio de seguridad de Metrovalencia en 2006, Arturo Rocher.