La Agrupación de Defensa Sanitaria Apícola (apiADS) de la C. Valenciana y la Asociación de Apicultores de la Región de Murcia han denunciado junto a Greenpeace la muerte masiva de abejas y la desaparición de colmenas enteras coincidiendo con fumigación de los árboles de floración temprana, mayoritariamente nectarinos y melocotoneros.

ApiADS hace estudios de mortandad de abejas desde hace cinco años, que vincula con el uso indiscriminado de plaguicidas «muy peligrosos para las abejas durante la floración, como pueden ser el clorpirifos (presente en 80% de las muestras de abejas muertas recogidas en 2014), el dimetoato (68%) y el imidacloprid (32%).

Otros años y en otros sitios se han encontrado otras sustancias como por ejemplo el metiocarb o el fosmet, clasificados también como muy peligrosos para las abejas. «Esto es solo el aperitivo» ha predecido Enrique Simó, apicultor y veterinario de la apiADS. «En estas dos semanas pueden haber muerto unas 225.000 abejas de mis 50 colmenas, lo que supone el 50% de la población adulta, pero cuando empiece la floración de los cítricos caerán como hojas en el otoño. Muchos compañeros huyen de Valencia con sus colmenas cuando empieza la floración de los cítricos», concluyó.

Los apicultores recuerdan que desde el 1 de enero de 2014 todas las explotaciones de la UE tienen que cumplir con los principios de la Gestión Integrada de Plagas que indican que se debe dar prioridad siempre a los métodos no químicos para luchar contra las plagas con el objetivo de proteger el medio ambiente y la salud humana. Según Greenpeace, se deben extremar los controles para que no se sigan aplicando estos productos y poner en marcha un plan de acción para salvar a las abejas y otros insectos polinizadores que contemple un calendario para la eliminación de estos productos perniciosos.