La Junta Directiva Regional era un cita de gran importancia para la cúpula regional, tanto por los temas que se abordaban, como por la presencia de Génova. Y esa importancia se evidenció con una convocatoria que especificaba que la asistencia era obligatoria y que, excepcionalmente, se celebraba en un hotel y no en la sede. Si Bonig quiso impresionar a Maillo con una asistencia masiva, no lo logró. El aforo no fue el esperado y las ausencias fueron destacadas. De hecho, quedaron vacías numerosos sillas, huecos que se disimularon por la presencia de militantes y asesores que no formaban parte de la Junta y de los periodistas, a los que se les dejó estar presentes hasta que llegó el turno de los ruegos y preguntas. A las ausencias destacadas de Barberá y los 'contaminados' como Gerardo Camps y los concejales, se sumó el hecho de que muchos de los que formaban parte de este órgano ya no están. Bien han caído en desgracia, bien perdieron el cargo en las elecciones .

Aunque el ambiente fue desangelado, hubo algún momento de cierta tensión. Ya a puerta cerrada, intervino el expresidente de las Corts, Alejandro Font de Mora, quien afeó a Maillo el ninguneo de Génova durante los últimos años a la Comunitat Valenciana en asuntos tales como la financiación. Sin Valencia, advirtió Font de Mora, el PP no gobernará en Madrid.

Con todo, el momento más tenso vino con la intervención de un militante de Castelló, que echó en cara a la dirección nacional el caso del extesorero Luis Bárcenas. Bonig, según los presentes, salió en defensa de Maillo, al indicar que no era justo este reproche porque en Valencia «hemos también mirado a otro lado», una frase que sorprendió a más de uno. Hubo otras intervenciones, como la de Betoret y Pedro Agramunt para animar a la tropa y dar las gracias. Císcar prometió hacer todo lo posible para permitir las primarias.