El Observatorio de La Hita, ubicado en La Puebla de Almoradiel (Toledo), ha grabado una bola de fuego, más brillante que la Luna llena, que fue "especialmente espectacular" para quienes la vieron desde Madrid, Cuenca y Valencia. El fenómeno se suma a otras dos bolas, menos brillantes, vistas el pasado fin de semana.

La bola de fuego pudo ser vista poco antes del amanecer de ayer, 23 de febrero, sobre las 06.45 horas, y fue grabada por los detectores que la Universidad de Huelva tiene en los observatorios astronómicos de La Hita y de Calar Alto (Almería), según ha informado La Hita en un comunicado.

Es la tercera bola de fuego que registra el observatorio de La Puebla de Almoradiel en apenas cinco días, ya que en las jornadas de 19 y 21 de febrero también observó otras dos bolas, aunque menos brillantes que la de ayer.

El observatorio ha recalcado, no obstante, que se trata de una "mera coincidencia", puesto que los tres fenómenos no guardan ninguna relación entre sí.

Según el análisis llevado a cabo por el profesor José María Madiedo, de la Universidad de Huelva, la bola de fuego de ayer se produjo por el brusco impacto contra la atmósfera terrestre de una roca a una velocidad de unos 111.000 km/h.

Esto hizo que la temperatura de la superficie de la roca superase rápidamente los 2.000º C y se iniciara la bola a una altitud de unos 93 kilómetros sobre la vertical de Almodóvar del Pinar (Cuenca).

La bola de fuego alcanzó un brillo superior al de la Luna llena según avanzaba en dirección sureste y llegó a una altura final de 32 kilómetros sobre la vertical de Requena.

Las explosiones que pudieron observarse conforme se fue destruyendo, hicieron que el fenómeno resultase mucho más llamativo.

La Hita ha explicado que las bolas de fuego registradas los días 19 y 21 fueron producidos por rocas que procedían de lugares diferentes del Sistema Solar.

Según Madiedo, la roca que produjo el fenómeno visto ayer seguía una órbita tipo cometa antes de impactar con la Tierra, aunque ha añadido que resultó "llamativo" que la resistencia del material fuese superior a la habitual para una roca procedente de un cometa.

Los detectores de La Hita trabajan en el marco del proyecto Smart, cuya finalidad es vigilar continuamente el cielo con el fin de registrar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos lugares del Sistema Solar.

Estos detectores, precisa el observatorio, han conseguido obtener también datos que permitirán determinar la composición química del objeto y ayudará a los astrónomos a identificar su origen y sus propiedades.