La Fundación Salud y Comunidad presentó ayer los resultados del informe «Noctámbul@s» del Observatorio cualitativo sobre la relación entre el consumo de drogas y los abusos en contextos de ocio nocturno.

El principal resultado del estudio anual „que es el segundo que elabora la fundación, ya que el año pasado ya hizo público unos resultados„ apunta que ciertos comportamientos de acoso o violencia sexual no son considerados como tales cuando se dan en situaciones de fiesta por la noche. Además, el estudio también indaga en las consecuencias del consumo de alcohol y otras drogas.

La violencia sexual es uno de los principales riesgos que las mujeres tienen cuando salen de fiesta. Esta es una de las conclusiones que desvela el estudio, que cuenta con 200 fichas de entrevistas personales a jóvenes, además de debates grupales y encuestas a profesionales del ocio nocturno, realizadas en la Comunitat Valenciana, Madrid y Cataluña. No obstante, a pesar de ser un fenómeno que todos los jóvenes aseguran conocer, ninguno se apunta como víctima o acosador.

Según el estudio, la cosificación de las mujeres, los comentarios sexuales, los insultos, los tocamientos no consentidos, invitar a copas, los acorralamientos o las insistencias tras el primer «no», no son actitudes que la mayoría de jóvenes asocien con la violencia sexual hacia las mujeres.

Asimismo, ante el consumo de drogas, los investigadores han detectado que tras una agresión sexual, la ingesta de sustancias «se percibe como un agravante de la culpa de la víctima, pero como un atenuante del agresor, que no se pudo controlar». El informe destaca que las mujeres, pese a consumir drogas, no agreden sexualmente, por tanto es un tema cultural.

Es por ello por lo que este estudio ha aplicado la perspectiva de género, y en él se recalca que «las campañas de medidas preventivas (...) van dirigidas a las chicas jóvenes, para que se controlen y limiten sus comportamientos» y pocas se dirigen a los chicos para pedirles «una postura ética y no sexista» en su manera de relacionarse.

Orger Amatller, responsable de prevención de la fundación, afirmó ayer tras la presentación en Madrid que las situaciones más graves se dan en espacios particulares, al salir de pubs y discotecas y cuando el consumo de drogas aumenta a medida que avanza la noche. Además, también habló de la necesidad de acabar con la mentalidad del «por la noche todo vale», a través de la concienciación de los jóvenes y la formación de profesionales que trabajan por la noche, ya sea en espacios de ocio o como taxistas, por ejemplo, que pueden detectar estas conductas.

El informe también critica la cosificación de las mujeres en la publicidad, y el contenido sexista de muchas canciones.