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La sesión de las Corts evidenció ayer una fractura parlamentaria respecto a la llengua: PP y Ciudadanos a un lado, y en el otro el resto de grupos. En varias ocasiones, el presidente de la AVL se dirigió conjuntamente a los representantes de PP y Ciudadanos, los grupos críticos con la entidad lingüística. En su discurso, Ramon Ferrer quiso realzar que «el valenciano es una cosa de todos» y que es fundamental su «uso en el ámbito de la política», porque «prestigia» más el valenciano que cualquier campaña promocional y la aparta de ser «una lengua de llauradors y para contar chistes». Además, defendió el modelo de plurilingüismo frente a la inmersión lingüística únicamente en valenciano, cuyo apoyo le atribuía el PP.

El diputado de Compromís Víctor Garcia denunció «la situación de minorización que sufre el valenciano» e instó a dejar de plantear cuestiones relativas a la lengua en términos de «conflicto, confrontación o imposición». La etapa de sacar «réditos electorales» del conflicto lingüístico está «superada», dijo. El diputado de Podemos Antonio Estañ puso de relieve «la normalidad y la dignidad» de la AVL como institución en esta época de convulsiones corruptas y se interesó por cómo potenciar el valenciano en las zonas castellanohablantes. Estañ manifestó la necesidad de saber qué grupos políticos «tienen un proyecto de consenso y cuáles no».

«Expresión afortunada» de Roda

Ramon Ferrer aprovechó el foro de las Corts para alabar la «expresión afortunada» del decano de la RACV, Martínez Roda, cuando afirmó en Levante-EMV que el Diccionari de la Acadèmia «es el de todos los valencianos» y abrió así la puerta a una definitiva paz lingüística.