Los ecosistemas forestales valencianos son sumideros de carbono que absorben cada año 6 millones de toneladas de CO2 equivalentes al 25% de las emisiones valencianas de Gases de Efecto Invernadero responsables del cambio climático.

Y hay más: con una adecuada gestión, los suelos podrían almacenar 18 toneladas de carbono más, según su puso de manifiesto en el II Congreso Forestal de la Comunitat Valenciana que se celebra en Segorbe y en el que participan casi 300 personas, entre docentes, investigadores, propietarios y profesionales del sector.

En las primera horas del congreso se han analizado las «razones» que avalan la petición de un pago por los servicios ambientales que prestan los ecosistemas forestales y los diversos mecanismos utilizados en otros países del mundo para «compensar, potenciar y conservar» la capacidad de los montes en campos como la calidad del agua, el mantenimiento del suelo y el freno a los procesos de erosión, la reducción de riesgos de incendios o inundaciones, así como servir de escenario del ocio y soporte de la biodiversidad.

Según un trabajo académico sobre «El carbono en los Ecosistemas Forestales Valencianos» presentado al congreso, la vegetación forestal almacena 69 millones de toneladas de Co2, con un promedio de 58 toneladas por hectárea. Los pinares adultos de pino carrasco son los que más CO2 almacenan , con 29 millones de toneladas.

Sin embargo son los encinares adultos (Quercus ilex) los que más CO2 acumulan por unidad de superficie por la mayor densidad que presenta su madera (267 toneladas CO2/ hectárea).

A estas cifras hay que añadir las del carbono capturado por los suelos forestales, que asciende a 400 millones de toneladas de CO2 con un promedio de 308 t/ha., según explican sus autores.

Vías de compensación

Pese al consenso científico sobre el papel beneficioso que realizan los montes, puesto de manifiesto también en la Cumbre del Clima de París (COP21), no existe unanimidad sobre cómo compensar los servicios ambientales prestados o cómo gestionar los ecosistemas forestales de modo que repercutan también en las economías locales.

Eduardo Rojas, que dictó la conferencia inicial del congreso, ratificó la existencia de ese consenso que atribuye a los montes la prestación de servicios claves pese a que los bosques parecen carecer, dijo, de un fin «obvio» como lo tienen la agricultura y la ganadería: abastecer de alimentos a la humanidad.

El profesor de la Universidad Politécnica de Valencia y hasta hace unas semanas responsable de la política forestal en Naciones Unidas (FAO) resaltó el papel de las poblaciones locales en la reivindicación del papel del sector y advirtió sobre el riesgo de una «penalización» en forma de restricciones a un desarrollo de estas comunidades basado en el potencial forestal.

Así, Rafael Magdalena, alcalde de Segorbe, advertía sobre modelos exclusivamente proteccionistas que «podrían ser un éxito biológico pero un fracaso social».

Mientras, en la puerta del auditorio segorbino donde se celebraba el congreso, militantes y simpatizantes de Acció Ecologista-Agró protagonizaban una protesta denunciando la extracción de biomasa en el municipio de Enguera, realizada bajo supervisión técnica del citado municipio y cuestionada por los ecologistas.

En el interior, el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, se acercaba a la postura de los denunciantes recordando que la extracción de la biomasa forestal «no puede convertirse en un mantra que identifica esta actividad como única y clave para el desarrollo rural».

Julià Alvaro anunció la convocatoria de una «mesa » del sector que participará en lo parece una puesta a cero de la política forestal valenciana. Así, el secretario autonómico aludió a una revisión «a fondo» del Plan de Acción Territorial Forestal (Patfor), de la Ley Forestal Valenciana, de 1993, así como de la ley de Espacios Naturales Protegidos, de la Ley de Impacto Ambiental y del reglamento de la Ley de Caza, «normas, todas estas, que repercuten, de manera importante, de forma directa o indirecta, en el medio foresta», destacó el secretario autonómico.