«Estoy convencido de que lo que se generaba [en cada uno de los Valencia Summit] se reinvertía en los proyectos que estaban en marcha a través de las personas que trabajaban en ellos». De esta forma, Iñaki Urdangarin quiso negar cualquier conocimiento de que el dinero que se cobraba superaba con creces los gastos de cada uno de los eventos que se montaron y que, al menos sobre el papel, no podían generar beneficios, dada la condición de entidad sin ánimo de lucro que ostentaba el Instituto Nóos.

Urdangarin afirmó varias veces que desconocía cómo y quién confeccionaba los presupuestos. El expresidente valenciano Francisco Camps se manifestó en ese mismo sentido en su testifical por escrito al juez Castro. «¿Quién fijó el precio?», preguntó el juez. «Lo desconozco», replicó Camps. F. a. valencia