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Entrevista

Joseph P. Folger: "No hay ámbitos en los que no se pueda aplicar la mediación"

"El diálogo es clave para resolver disputas entre vecinos, políticos o en el ámbito internacional", asegura Folger

Joseph P. Folger: "No hay ámbitos en los que no se pueda aplicar la mediación"

Ni juez, ni parte. Joseph P. Folger (Chicago, Estados Unidos), pone en valor la figura del mediador de conflictos, que debe trabajar para sentar las partes, pero no actuar como juez ni árbitro. Después de estar en Irlanda, Australia, México, o Chile, ayer explicó su modelo de «mediación transformativa» en Valencia, en una jornada que tuvo lugar en el Decanato Autonómico del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de la Comunitat Valenciana.

En castellano hay un dicho que afirma que «dos no se pelean si uno no quiere». ¿Está de acuerdo con esta frase?

Creo que es verdad, porque las personas pueden evitar el conflicto y, así, el problema; pero en mediación lo importante no es evitar, sino cómo lidiar con esto.

También se dice que tenemos dos orejas y una boca porque hay que escuchar el doble de lo que hablamos...

Escuchar es esencial, pero también hablar. Es más difícil escuchar a otras personas si no sabes lo que es importante para ti y expresarlo. Es una combinación de ambos.

En general, ¿cree que falta diálogo en la sociedad?

Sí. Las investigaciones demuestran que las personas evitan el diálogo y llegan a romper relaciones. No saben tener conversaciones constructivas, y no las vemos en los políticos o públicamente.

¿En qué situación de la vida cotidiana una persona cualquiera necesitaría un mediador?

Es útil, por ejemplo, para resolver conflictos en empresas, para enseñar a los estudiantes a conversar, o para, en vez de tener que ir a juicio directamente, la gente pueda llegar a acuerdos en temas de dinero o contratos. Siempre tenemos la sensación de tener que ir primero a juicio porque no podemos solucionarlo. También entre conflictos vecinales. Uno de los conflictos más habituales es por quejas de mascotas que, si no hay una conversación constructiva, puede incluso llegar a la violencia.

Ante la falta de acuerdo a la hora de formar un nuevo gobierno en España, ¿los políticos necesitarían un mediador?

¡Buena suerte con los políticos [bromea entre risas]. En política nadie quiere comprometerse. El problema es que lo que quieren es mantener su identidad; la presión hace que no tengan diálogo para no perder sus principios. Lo que se podría hacer es trabajar con la gente del partido, los asesores, y que hablen entre ellos. Ahí la mediación sí sería útil, pero no para las figuras públicas.

Quizás está relacionado con lo que pasa en la Unión Europea. Los países no se han puesto de acuerdo para acoger a refugiados, a pesar de que en ello va la vida de miles de personas.

Exacto. Es importante y creo que deberíamos hacer un esfuerzo por intentar mediar más. Estoy seguro de que las generaciones futuras van a poder apreciar la importancia de la mediación. En Europa no lo he visto tanto, pero en Estados Unidos se ha llegado a usar para resolver casos muy difíciles.

Esta falta de entendimiento no solo afecta a las partes, suele afectar a terceras personas.

Por supuesto. En un caso de divorcio entre dos padres, si no consiguen llegar a un acuerdo sobre cómo criar a sus hijos, los niños son los afectados. En algunos estados de EE UU, por ejemplo, la mediación llega a ser incluso obligatoria para proteger a los pequeños.

¿En qué sectores ha encontrado más dificultades para negociar? ¿Dónde hay posiciones más inamovibles?

La política es un ámbito difícil, pero sinceramente creo que no hay muchos ámbitos en los que no se puede incorporar la mediación. Lo que sí creo es que mucha gente se siente motivada a no usarla, por ejemplo los abogados. Si las partes llegan a un acuerdo, estos pierden parte de su trabajo. Son escépticos porque afecta a su profesión. Pero no creo realmente que haya ámbitos en los que no se pueda aplicar

¿De todos los conflictos que hemos visto (políticos, vecinales, internacionales...), qué tienen en común?

Muchas dinámicas de los conflictos pueden ser muy similares o incluso iguales, ya sea en dos personas que están pasando por el divorcio o en dos grupos diferentes... Querer siempre salvarse las espaldas, no admitir un error o evitar quedar mal es la misma dinámica empleada, ya sea por una comunidad de gente o en un asunto de negocio.

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