Quiere pasar desapercibida, ser discreta. No resulta fácil cuando tu llegada a un cargo obliga a cambiar los pies de firma de las cartas y documentos oficiales. Donde siempre „siempre es siempre„ ponía «el interventor general», ahora dice: «la interventora general».

Amparo Adán es la primera interventora general en la historia de la Generalitat. Para entendernos: la policía que controla la gestión económico-presupuestaria de la Generalitat en toda acción que genere gastos o ingresos. Un puesto clave y sensible para la Administración. Ella defiende que haya un filtro común a todos, como una oposición. Aunque luego, pese a que la mayoría de funcionarios son mujeres, las cúpulas sean masculinas. Amparo ha alcanzado una cumbre, con rango de secretaria autonómica, dentro de una área tan masculinizada como Hacienda. Así era antes. Actualmente, en el escalafón de dicha conselleria hay siete mujeres y cinco hombres.

Señala Amparo Adán que el acceso de mujeres a los altos cargos se traduce en «un plus de motivación y ganas para demostrar nuestra capacidad». Sin maximalismos, pide estar «más abiertos de miras y no fijarse en el sexo de las personas, sino en su valía». Desde la discreción.