Era un castigo infantil por cualquier chiquillada que ni recuerda. Hoy, le dijo su padre, no coges la raqueta de frontenis. Aquella orden le abrió una dimensión desconocida. Ana Belén Giner tenía once años y, merodeando las instalaciones deportivas de la pedanía de Borbotó sin su raqueta de siempre, un tal «Paco el Frare» la invitó a jugar a pilota con la mano. «Nunca lo había probado y me encantó. Enseguida me apunté a la escuela de pilota».

Ana Belén era la única chica. Durante muchos años fue la única pilotari. Entre su debú en el trinquet en el año 1994 y el año 2007, en el que empezaron las competiciones femeninas de pilota valenciana, sólo pudo jugar con y contra chicos en este deporte tan restringido a brazos masculinos. Ella abrió la senda de la mujer en la pilota a base de pelotazos. No había ni treinta mujeres pilotaris en aquellos inicios de 2007. Hoy se superan las 200 niñas en las competiciones de Jocs Escolars y son casi 90 las mujeres federadas en pilota amateur. Una revolución femenina.

Casi veinte años después de aquella primera partida con «Paco el Frare», Ana Belén es hoy madre, monitora del club de pilota de Borbotó y vicepresidenta de la Federació de Pilota Valenciana encargada del área de la Dona. Nunca notó ninguna discriminación. Era muy buena en el trinquet. Fue subcampeona de Europa en la modalidad de pilota One Wall en el Europeo de 2010.

El año pasado, las jugadoras valencianas ganaron el Europeo de Italia en las categorías sub-15 y sub-17 de esa misma modalidad internacional de pelota a mano. Era algo inédito e impensable sin Ana Belén, que nunca ha dejado de sorprender en su juego. Valga una anécdota.

Un día le rindieron un homenaje en Massamagrell por su papel en la inclusión de la mujer dentro de la pilota valenciana. Se le acercó un chico y le dijo: «No sé si te acordarás, pero de pequeños jugamos una partida y tú me ganaste». Ese chico era Soro III, el actual campeón individual d´escala i corda y número uno de la pilota.