Laura Albert dispara rápido. Guitarrista y bajista con grupos y proyectos musicales como Ultrabotox, Cnidari, La Moma o Minimal Calvari, inquiere a su interlocutor:

„¿Cuántas veces has oído quejas por la falta de música en valenciano? Muchas. En cambio, ¿dónde están las voces que lamenten la falta de música contra el patriarcado musical?

La pregunta queda flotando en el aire. Una parte de la respuesta aparece en el blog del colectivo musical feminista Fusa Activa que ella impulsó. «Somos un trofeo, una rareza, un objeto, una voz sexy. O bien una acompañante invisible; incluso una ´histérica feminazi´ que ya viene molestando. Así es como se nos ve a las mujeres en el mundo de la música», escriben.

Su papel suele quedar restringido al de vocalista. Raramente como instrumentistas: casi no hay bateristas, bajistas o guitarristas. Ni como programadoras de festivales. Ni al frente de un estudio de sonido. El resultado, censura, son unas canciones que no hablan de cuestiones que afecten a las mujeres. Que no recogen un modelo femenino que las represente.

Letras como las del grupo valenciano Mafalda. En su canción «En guerra» preguntan: «Cuándo, cuánto he de aguantar y por qué. Cuánto ha de aguantar la mujer para que que se le respete de una vez. Yo no soy mala persona por querer mi hueco. No colaboro en tu canción, nene, soy el disco entero. Hasta las trompas de tu toque femenino; al estribillo le hace falta algo más que brillo».

Laura Albert „que ahora pincha en directo con música compuesta por mujeres bajo el nombre de Làuder„ reivindica la importancia de que las mujeres tomen los escenarios. «Siempre hemos estado relegadas al ámbito privado. Y el escenario es un espacio público, un espacio de poder desde el cual expresar nuestra lucha. Un frente más desde el que combatir al hetero-patriarcado», insiste. Desde las tablas, cuenta, pueden tocar canciones feministas o hacer introducciones a los temas en las que condenan el feminicidio de la violencia machista recitando los nombres de las mujeres asesinadas. Para que no caigan en el olvido.

Ella ha sido ayudante de dirección y producción de la película Tomar el escenario, un documental sobre las presencias y ausencias de las mujeres en la música alternativa: rock, punk, hardcore, rap, indie, grunge, pop. También ha formado parte de la organización del festival de música feminista Furor Uterí Fest. O de las jornadas Prenem l´escenari. Eso es lo que quieren: subirse a los escenarios en igualdad de condiciones. El camino se ha abierto, con la ayuda de Furor Uterí o Tremenda Fem fest. La lucha feminista ya se canta.