Los ecologistas responsabilizan a la «mala gestión» del vertedero de Fontcalent del riesgo que las aves representan para el tráfico de los aviones que despegan o aterrizan del aeropuerto del Altet, situado muy cerca de estas instalaciones.

Por el contrario, AENA, la empresa gestora del aeropuerto, «ve» el origen de la amenaza de las aves en el saladar de Aguamarga, una zona húmeda catalogada y protegida para la que el organismo estatal pide la pena capital: que desaparezca la lámina de agua permanente que sustenta la avifauna.

Según datos de AENA facilitados por Ecologistas en Acción, en el periodo 2008-2015 se produjeron 21 impactos con aves de porte mediano y solo dos impactos con aves de gran porte como las gaviotas patiamarillas que pudieron tener mayor riesgo «aunque ninguno de ellos ha producido daños en las aeronaves», según el citado informe.

Ecologistas en Acción subraya que en ese mismo periodo de 8 años, el aeropuerto de Alicante-Elche alcanzó 800.000 operaciones de despeque/aterrizaje, «por lo que se puede concluir que el riesgo existente de impacto con la avifauna es muy bajo», sobre todo, recuerdan, si va acompañado de medidas preventivas como las que adoptan todos los aeropuertos con halcones, medios acíústicos, pirotecnia, etc.

Los ecologistas se muestran sorprendidos en todo caso de que AENA haya puerto el foco en el Saladar de Aguamarga elevándolo a la categoría de peligro para la navegación aérea.

AENA incluye también como amenaza para las aeronaves las aves atraídas por la planta de residuos del Baix Vinalopó. «Sin embargo—apunta Carlos Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción— es que la mayor parte de la avifauna existente en los alrededores del aeropuerto está relacionada con el vertedero de Foncalent, que está mucho más próximo».

Según aseguran, la UTE-Alicante, concesionaria para la recogida y tratamiento de residuos domiciliarios «incumple sistemáticamente» la obligación de cubrir diariamente con tierra el frente de vertido.

«Este hecho es un reclamo para la avifauna oportunista que se ve atraida por los residuos orgánicos presentes», añaden.

Además, explican, cuando la Planta de Tratamiento de Residuos se avería, la mayor parte de los residuos procedentes de la ciudad de Alicante y del Plan Zonal V6, donde se incluyen las comarcas de La Costera y la Vall d’ Albaida, entre otras, se vierten al vertedero sin recibir ningún tratamiento.

En el año 2015 se vertieron más de 10.000 toneladas de basura en episodios de avería.

Según Carlos Arribas, esta basura contiene un 40% de restos orgánicos que atraen a la avifauna para alimentarse en el entorno del aeropuerto.