La cita tendrá lugar a las cuatro y media de la tarde. El presidente del Consell, Ximo Puig, se reunirá hoy en el Palau de la Generalitat con el máximo responsable de Renfe, Pablo Vázquez, para abordar posibles soluciones a los retrasos que afectan desde hace tiempo a las líneas de cercanías que unen Valencia y Castelló. La situación ha causado malestar entre los usuarios, que han llegado a denunciar demoras de varias horas.

En el encuentro, que también contará con la participación de la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, se planteará la puesta en marcha de una línea de autobuses que enlacen diferentes estaciones durante los períodos de máxima demanda, tanto por la mañana como por la tarde. La utilización de autobuses lanzadera no es una novedad, aunque hasta el momento se han usado para sustituir a las conexiones ferroviarias. Ahora, las intenciones pasan por compatibilizar ambos servicios con la intención de dar respuesta a las necesidades de un mayor número de usuarios.

En la actualidad, los servicios de cercanías entre Valencia y Castelló están cubiertos con un total de 23 trenes, que realizan sus viajes en ambos sentidos. En septiembre la flota ferroviaria de estas líneas se redujo en más de la mitad „se pasó de cuarenta a menos de veinte unidades„, aunque en los últimos meses se han podido recuperar algunos vehículos.

Compensaciones económicas

Otra de los opciones que hay sobre la mesa es la posibilidad de compensar económicamente a los usuarios que sufran retrasos en los viajes contratados. Consultado recientemente sobre esta posible línea de actuación, Puig comentó que «esa es una vía. Vamos a plantear a Renfe que debe dar solución a aquellos que son sus clientes y que son clientes que han estado permanentemente fieles a la empresa y necesitan desplazarse cada día para estudiar y trabajar».

Sea como fuere, la situación es preocupante. Esta semana se conocieron los resultados de una «inspección de obra» realizada por el secretario autonómico de Obras Públicas, Josep Vicente Boira, y técnicos de su departamento en los trabajos en las líneas del Corredor Mediterráneo que deben unir las dos provincias.

Fomento anunció que las obras finalizarían en diciembre del 2015. Sin embargo, desde el Consell constataron la existencia de 28 «agujeros negros» en los que la firma pública Administador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha dejado de instalar el tercer carril, lo que hace, al menos de momento, inviable el tráfico ferroviario. Así, en estos tramos „ubicados cerca de estaciones, cambios de vía y apartaderos„ el tercer hilo acaba de forma brusca. El problema „siempre según el Consell„ es la falta de suministros que sufren los equipos de cambio de vía, responsabilidad que cae en el contratista elegido por el propio administrador.