El recorte del gasto público en educación, que se redujo 7.000 millones de euros entre 2009 y 2014, «ha puesto en riesgo la estabilidad financiera del sistema educativo», advierte el estudio Cuentas de la Educación en España 2000-13, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

El gasto público en educación por alumno creció con intensidad desde 2000 hasta 2008 (un 25,5 %), para retroceder después un 20,3 % y situarse en 2013 al nivel de 2000. Sin embargo, el gasto de los hogares en este campo ha mantenido una evolución más regular, y creciente durante la crisis, pasando de 9.567 millones de euros en 2000 a 12.766 millones en 2013 (3.199 millones más en euros de 2013).

Así pues, según subraya el Ivie en un comunicado, «las familias han mantenido el gasto en educación durante la crisis y lo han incrementado en un 33% desde principios de siglo, compensando en parte la caída reciente del gasto público». Mientras que el crecimiento del gasto en educación de las familias entre 2000 y 2009 fue de un 5 %, desde 2009 hasta la actualidad ha crecido un 28,2 %.

Los autores señalan que las familias destinan un 39,2% de su gasto a clases y la mitad de esta partida se concentra en Infantil y Primaria, los niveles educativos en los que se cursan más años (9 cursos). En Primaria correspondería a clases de repaso, mientras que en Infantil responde a que la financiación pública es más limitada. En segundo lugar, la compra de bienes y servicios conexos, como uniformes, libros o transporte escolar representa un 25,5 %. Los servicios y actividades complementarias suponen un 23,9 % y las actividades extraescolares, dentro y fuera del centro el 11,4 %.

El gasto de los hogares en educación aumenta en función del nivel de renta: los de mayores ingresos dedican un porcentaje cuatro veces superior al de las familias de ingresos menores. También se ve muy influido por el nivel de estudios del sustentador principal del hogar y por la titularidad del centro al que acuden los alumnos: el gasto se duplica cuando los hijos estudian un centro privado concertado y se cuadruplica cuando es privado no concertado.

Las familias han aumentado sus contribuciones a la financiación de la educación pública del 4,3 % al 6,3 % entre 2009 y 2013, debido sobre todo a que las tasas universitarias han aumentado, elevando sus aportaciones hasta el 21 % en este nivel educativo.

La concertada «evita los ajustes»

Las aportaciones de las Administraciones a la enseñanza privada a través de los conciertos educativos representan algo más del 55 % de los recursos de los centros privados de Infantil y Primaria y el 61% de los de Secundaria y FP. «Estas aportaciones se han comportado de manera más regular que las realizadas a los centros públicos, al evitarse en gran medida los ajustes», señalan.

Los autores del informe alertan de que «una mayor dependencia del gasto educativo de las familias condiciona más la igualdad de oportunidades educativas, porque los hogares con ingresos elevados y mayor nivel de estudios de los padres gastan porcentajes muy superiores en formación». «Un entorno familiar favorable es mucho más decisivo para los resultados formativos que la titularidad del centro», añaden .

«Los centros privados obtienen mejores resultados, fundamentalmente, porque entre sus alumnos son más frecuentes los entornos socioeconómicos favorables», destacan. Así, inciden en que el porcentaje de alumnado de entornos desfavorables —cuyos padres sólo tienen estudios primarios —de los centros públicos (29,2) dobla al de los centros privados (14,8 %).