Que una copa de vino al día con las comidas podía llegar a ser buena para nuestro organismo dentro de una dieta variada y un estilo de vida saludable está cada vez más asentado. Lo que ahora los estudios están demostrando es que los mismos beneficios se pueden encontrar en este consumo -siempre moderado- de cerveza, sobre todo para mejorar la protección cardiovascular.

Así se puso ayer de manifiesto en una de las ponencias presentadas dentro de la vigesimoprimera reunión nacional que la Socidad Española de Hipertensión y la Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial estarán celebrando en Valencia hasta el viernes. A favor del consumo siempre moderado de bebidas fermentadas de baja graduación intervino ayer Ramón Estruch, consultor sénior del servicio de medicina interna del hospital Clínic de Barcelona, en una sesión que pretendía abordar las bondades y los perjuicios del alcohol en la salud.

Los efectos tóxicos «yo mismo los he abordado en multitud de estudios porque empecé con ello pero fuimos avanzando y vimos que no es un tema de sí o no y nosotros fuimos los primeros sorprendidos» con los resultados que relacionaban por vez primera el consumo controlado de vino y cerveza y la protección cardiovascular.

Así, Estruch apostó ayer por realizar una ingesta controlada de cerveza o vino que no sobrepase los 30 gramos de alcohol en hombres y los 15 en mujeres «siempre que no esté contraindicado por enfermedad, claro está».

Los estudios que Estruch maneja establecen que este consumo diario tiene un efecto de protección cardiovascular ya que los componentes de estas bebidas fermentadas como los polifenoles tenían un efecto «antiinflamatorio y antioxidante» que además se veía potenciado por el alcohol.

«La cerveza sin alcohol baja la presión arterial y con alcohol además eleva los niveles de colesterol 'bueno' y ayuda a bajar los del colesterol 'malo' y ambas son antioxidantes y antiinflamatorias», aseguró ayer ante un auditorio que, sin embargo, en la mayor parte de las ocasiones relega totalmente el consumo del alcohol.

«Existen ya muchas evidencias científicas que relacionan el consumo moderado de alcohol con la reducción de la mortalidad global y la incidencia de enfermedades cardiovasculares pero entiendo que haya reparo al dar estas informaciones por pensar que vamos a dar la mano y se nos van a coger el brazo. Nosotros somos los primeros que estamos en contra del abuso del alcohol y que tenemos claros los efectos nocivos en el organismo», justificaba Estruch.