Antonio Ballabriga, un antiguo profesor de Esade que trabajó durante dos años en el Instituto Nóos, confirmó ayer que la empresa que presidía Iñaki Urdangarin presentó facturas falsas a Valencia en el proyecto de los Juegos Europeos, que nunca llegaron a celebrarse. Ballabriga fue designado como director de este proyecto, por cuya fase de estudio y preparación del anteproyecto el Instituto Nóos cobró 382.000 euros, que la fiscalía reclama ahora. El testigo explicó que mantuvo algunas reuniones con representantes políticos de Valencia, entre ellos Esteban González Pons, actual eurodiputado del PP. Sin embargo, su principal enlace siempre fue Miguel Zorio, socio del Instituto Nóos en Valencia, que fue precisamente quien propuso a Torres y Urdangarin que colaboraran en este proyecto de los Juegos Europeos.

Ballabriga detalló que buscó la implicación de Urdangarin en el tema de los cobros. Por ello le pidió al marido de la infanta Cristina que mediara con algunos políticos, entre ellos el entonces vicepresidente de la Generalitat, Víctor Campos, y el responsable del área de Relaciones Institucionales, González Pons. El testigo quiso apartarse de cualquier cuestión económica, porque «era un asunto en el que yo no participaba», pero llegó a reconocer que se presentaron al cobro a la Generalitat algunas facturas que «no correspondían a ningún servicio».

Tras la insistencia en el interrogatorio, el antiguo directivo de Nóos tuvo que reconocer que «eran los dos socios de Nóos los que tomaban todas las decisiones económicas» que se aprobaban, incluidas los conceptos y los importes de las facturas que se presentaron a la Generalitat.