«Plantear que la jornada escolar continua sea voluntaria, que la implante un centro y otro no en un mismo municipio o distrito, es regalar alumnos a la concertada, que no está nada interesada en este horario». El temor lo expresa el presidente de la Associació de Directors d'Infantil i Primària del País València (ADIP-PV), Vicent Ripoll. El portavoz de los directores de colegios públicos exige un mismo horario para todos los centros. «O tenemos jornada continua o no, pero todos», subraya.

A esta crítica, Ripoll añade la «precipitación» de la Conselleria de Educación en la regulación de la jornada intensiva para el próximo curso. «Se han esperado a última hora para presentar un borrador que quieren aprobar en dos días y así que el tema esté resuelto cuando en mayo empiece la matrícula, con lo que apenas hay tiempo para debatirlo», apunta.

El presidente de la ADIP-PV considera que la orden con la que conselleria quiere posibilitar la concentración de todas las clases de 9 a 14 horas en Infantil y Primaria «no es nada facilitadora». El primer obstáculo que plantea es el económico. «Sin pasta no habrá jornada continua», subraya. Y es que los colegios deberán ofrecer dos horas de actividades extraescolares gratuitas cada tarde para poder cumplir con el horario de apertura hasta las 17 horas.

Las ampa piden financiación

Esta objeción también la planteó la confederación autonómica de ampas Gonzalo Anaya al secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, y al director general de Política Educativa, Jaume Fullana, durante la Mesa de Padres celebrada ayer. La Gonzalo Anaya critica la puesta en marcha de la jornada intensiva «sin financiación asegurada». «¿Quién va a pagar las extraescolares gratuitas?», se pregunta Màrius Fullana, portavoz de la confederación.

El precio del monitor de una extraescolar «bien organizada», según Ripoll, está entre 16 y 20 euros por alumno. Lo que equivale a un coste de entre 400 y 500 euros por cada 25 niños, la ratio máxima por grupo que permite conselleria.

El borrador establece que «la atención en horario no lectivo debe estar garantizada a través de la actuación cooperativa y coordinada del claustro de profesores y del ayuntamiento». Esto obliga a que la jornada intensiva no se pueda hacer sin la implicación económica de los ayuntamientos. La conselleria rechaza financiarlas. Para Màrius Fullana, que las extraescolares dependan de la disponibilidad de fondos municipales es «un riesgo, ya que se establecería una discriminación entre los municipios quepuedan costearlas y los que no».

En cuanto al servicio de comedor, la principal confederación de ampa de la escuela pública tiene dudas de qué pasará si la reducción de comensales por la compactación de horarios lo convierte en deficitario y no acepta que la solución pase por compartir instalaciones entre centros. Hace dos años, cuando la conselleria del PP quiso dar vía libre al horario matinal, el sector de la restauración colectiva advirtió de que el 60 % de los niños se darían de baja del comedor. Además, afirmaba que con menos de 50 alumnos no se podría mantener el servicio al no cubrir gastos.

Otra limitación en la que incide la ADIP-PV es que los colegios con dos turnos de comedor no podrán acogerse a la jornada intensiva. Si las clases acaban a las 14 horas y no se pueden ofrecer menús después de las 15 horas, sólo cabe un turno de comedor. «Educación no contempla las comidas-merienda de los niños», apunta Màrius Fullana.