Tuvo a Marcos Benavent como gerente, éste se fugó, reapareció disfrazado de hippie, se definió como «yonqui del dinero», prometió sacar «mierda a punta pala» y ha cumplido su palabra. Con estos trazos, el recorrido del escándalo de la presunta trama de mordidas difícilmente iba a encontrar un epicentro más mediático que el tándem Benavent-Imelsa desde el que trascender incluso las fronteras de la Comunitat Valenciana. El nombre de la mercantil que Benavent y altos dirigentes del PP y de la diputación usaron para saquear la institución provincial se asoció bien pronto a corrupción. El caso Imelsa ha inundado pantallas de televisión, páginas de periódicos y boletines radiofónicos, a pesar de que el protagonismo de la empresa en volumen de dinero defraudado en el contexto de este caso representa una minoritaria aportación al PIB de la corrupción de la causa Taula.

Pese a la total colaboración de los nuevos gestores con el juez, la UCO de la Guardia Civil y la Fiscalía, son conscientes de que la marca está quemada y de que el «nom fa la cosa». Por ello han decidido acometer un cambio de imagen corporativa, del nombre de la sociedad y de sus estatutos, para introducir un nuevo objeto social.

Con la única oposición de los populares, los consejeros autorizaron ayer a los gerentes Agustina Brines y Víctor Sahuquillo a poder encargar a una empresa externa un estudio y propuesta de lifting de la imagen corporativa. Quien se encargará de este menester es Sahuquillo, quien ha llegado a la empresa, en sustitución de Tíller, con la misión de acometer estos cambios. Como se recordará, la diputación ya enterró el anterior nombre de la marca turística València, Terra i Mar, así como el logo, para sustituirla por València Turisme y una nueva imagen.

El cambio de nombre acarrea necesariamente una reforma de los estatutos de la empresa, que datan de 1989. Un proceso que lleva ya un tiempo en marcha y que, en todo caso, no podía hacerse realidad antes de que las cuentas de 2014 fueran presentadas definitivamente en el Registro Mercantil, tras un largo conflicto. Este trámite se llevó a cabo la semana pasada. El cambio de los estatutos por los que se rige Imelsa afectará especialmente al objeto social de la empresa. Actualmente Impulso Económico Local tiene un objeto social tan amplio que ha servido para dar cobertura, directamente o a través de encomiendas, a mil modalidades de gasto. Desde brigadas forestales, su primera finalidad por encomienda, a patrocinios deportivos.