Venía a ver fallas, pero solo pudo atisbar algunos «ninots» de las comisiones de barrio desde la ventanilla del coche que lo trasladaba de una reunión a otra y el monumento municipal situado en la plaza del Ayuntamiento. Albert Rivera no interrumpió ayer su agenda política durante las pocas horas que pasó en Valencia, aunque sí tuvo tiempo de asistir a la «mascletà».

A primera hora de la mañana, el líder de Ciudadanos se reunió con el Comité Ejecutivo de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) encabezado por su presidente, Salvador Navarro, quien expuso a Rivera el potencial económico de la Comunitat Valenciana más allá de la imagen exterior que pueda proyectar por los casos de corrupción. Además, Navarro se refirió al déficit de financiación y reiteró la necesidad de reformar el actual modelo, petición a la que Rivera respondió aludiendo a la existencia de 16 comunidades autónomas más aparte de la valenciana, que, en opinión del dirigente catalán, también necesitan recursos e inversiones, según informaron fuentes conocedoras de la reunión.

Tras su encuentro con los empresarios, el líder del partido naranja se trasladó al multicentro de Casa Caridad, en el barrio de Benicalap. Allí atendió a los medios durante unos breves minutos antes de visitar las instalaciones de la institución, acompañado de Fernando Giner, quien ha dirigido la misma durante años antes de convertirse en concejal de la misma formación. Sobre las 13.30 llegó al consistorio, donde visitó algunas de sus estancias y fue recibido por el alcalde Joan Ribó. Tras la «mascletà», bajó a contemplar el monumento, sorprendiendo a los turistas.