La Policía Nacional y la Guardia Civil han reforzado desde media mañana de ayer, tras los atentados de Bruselas, la vigilancia sobre infraestructuras críticas, sobre todo los nudos de comunicación, lo que supone incrementar de manera notable la presencia policial en el aeropuerto de Manises, en las dos estaciones ferroviarias y en la de autobuses, pero también en el metro de la ciudad de Valencia y en la estación marítima. Además, a partir de hoy serán visibles numerosos controles antiterroristas en las calles de Valencia, especialmente en las vías de acceso al cap i casal, así como en otras ciudades grandes de la Comunitat Valenciana y en puntos estratégicos de las autopistas.

El refuerzo se puso en marcha antes incluso de que se celebrase ayer tarde la reunión del ministro del Interior y del secretario de Estado para la Seguridad con los máximos responsables de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y del CNI para evaluar la situación y decidir si se mantenía la alerta en 4 -riesgo muy alto de atentado- o se subía a 5, el nivel máximo -riesgo de atentado inminente-. Todos los mandos policiales y de inteligencia coincidieron en aconsejar que se mantenga en 4 -está en ese nivel desde junio de 2015, tras los atentados de Túnez y Kuwait-, ya que no existe riesgo inminente de una acción terrorista en suelo español.

De todos modos, se ha subido un grado -cada nivel tiene cuatro-, de uno a dos, lo que supone aumentar de manera sustancial no sólo la presencia visible de policías y guardias civiles uniformados en la calle, sino también incrementar los agentes dedicados a rastrear las redes sociales e internet, el campo para adoctrinar, reclutar y planear los ataques yihadistas.

De hecho, tras los atentados de París, en noviembre pasado, se tomó la misma decisión: mantener la alerta 4, pero subir un grado. La misma noche en que se produjo la cadena de atentados en París, la Policía Nacional triplicó los controles antiterroristas en Valencia y se reforzó la seguridad en centros comerciales y en puntos estratégicos de comunicación, principalmente en el aeropuerto, el metro y las estaciones de tren, y la Guardia Civil reforzó la vigilancia en puntos sensibles como la central nuclear de Cofrentes, algunas estaciones eléctricas y en instalaciones básicas de telecomunicaciones.

Más agentes en inteligencia

Además, tras los ataques en la sala de fiestas del Bataclán y en dos restaurantes en la capital francesa, la Policía Nacional incrementó el número de agentes destinados en la Brigada de Información de Valencia, dispositivo que se ha mantenido y que, en principio, no va a ser aumentado de nuevo, según las fuentes consultadas por Levante-EMV.