Si los responsables de la aseguradora DKV deciden finalmente que las pérdidas acumuladas y la presión social no compensan su presencia en la concesión sanitaria del departamento de la Marina Alta, sus socios minoritarios en la gestora, Ribera Salud, tendrían prioridad a la hora de la compra de las acciones. De esta forma, Ribera Salud, con el 35 % de Marina Salud SA podría ejercer su derecho de tanteo sobre el paquete de acciones de sus socios DKV.
El president de la Generalitat, Ximo Puig, abrió el debate sobre el futuro de la gestión del departamento sanitario al asegurar en una visita a Pedreguer que había dado órdenes a la consellera de Sanitat, Carmen Montón y al de Hacienda, Vicente Soler, de iniciar conversaciones con DKV para comprar su parte en el negocio. Era una «vía más» a explorar para cumplir el Pacte del Botànic y recuperar las concesiones sanitarias sin tener que afrontar indemnizaciones millonarias por un rescate antes de tiempo.
La propuesta, en principio, no se hacía en vacío. El consejero delegado de DKV, Josep Santacreu, reconocía este mes en la presentación de cuentas de 2015 que la participación en el negocio sanitario valenciano les estaba dejando pérdidas de 3 millones de euros y que debían abrirse a otras «opciones», aunque de ahí a que la Generalitat pueda recuperar parcialmente la gestión del departamento se deben cumplir muchos imponderables.
En la propuesta de Ximo Puig planea, como él mismo reconoció, el problema de la financiación. Por ahora, y según confirmaron fuentes de Presidencia, el conseller de Hacienda, Vicente Soler ya ha encargado una primera cuantificación de cuál sería un precio ajustado para el paquete accionarial de DKV al Instituto Valenciano de Finanzas.
Los responsables autonómicos confían en que el valor de las acciones sea «asumible», más teniendo en cuenta que la empresa está en pérdidas. Al menos, sí será más económico que la opción del rescate anticipado de la concesión que implicaría un desembolso millonario inasumible al tener que indemnizar a la empresa con los ingresos por habitantes que tenían asegurados en los 15 años de contrato, hasta 2024.
Con todo, si DKV vendiese, sus socios estarían los primeros en la lista para adquirir las acciones, una operación que no les es ajena y que han completado ya en otras tres ocasiones desde la aparición del modelo Alzira en 1999. Así, Ribera Salud ya controla tres de las cinco concesiones actualmente tras adquirir el paquete accionarial de Asisa en los departamentos de Torrevieja y Vinalopó, donde ya era socio mayoritario. Igualmente, desde una posición menos ventajosa (45 % del accionariado), Ribera Salud se hizo con las participaciones de SegurCaixa Adeslas en la Ribera.
Operación «poco factible»
Visto el historial de movimientos y la buena relación entre las dos empresas, Ribera Salud estudiaría «con interés» la oferta de hacerse con el 100 % de las acciones, según ha podido saber este diario. Del mismo modo, la vía abierta por Puig no ha soliviantado los ánimos en el seno de la firma ya que ven la operación «poco factible», sobre todo por la falta de financiación del Consell.
Si volviera a comprar acciones a sus asociados, esta vez en la Marina, Ribera Salud se convertiría en la gestora principal de cuatro de las cinco concesiones administrativas. La quinta, el hospital de Manises, está en manos de Sanitas.
Por otra parte, desde Intersindical Salut pidieron ayer que la Conselleria de Sanitat medie para acabar este verano con los problemas de falta de personal que, según aseguran, se dan en el departamento. Así, demandaron que la administración marque unos mínimos de personal «de obligado cumplimiento para la empresa» tanto en el hospital como en los centros de salud para evitar que se repitan «situaciones lamentables como las que se vienen sucediendo todos los veranos».
