El retraso en la construcción del Almacén Temporal Centralizado de residuos radiactivos de Villar de Cañas (Cuenca), en lo sucesivo ATC, obligará a la Central Nuclear de Cofrentes (CNC) a guardar su combustible gastado y parte de sus elementos más contaminados en 24 contenedores situados al aire libre dentro del perímetro vallado de la instalación.

Fuentes de la central de Cofrentes negaban todavía ayer que hubiera un proyecto, pese a las evidencias y pruebas aportadas por Levante-EMV.

La posición oficial es que «no hay nada en marcha, ni siquiera se ha iniciado ningún trámite», aseguró el portavoz oficial de Cofrentes, Javier Sala.

Enresa „la empresa estatal responsable de gestionar los residuos radioactivos con el dinero que aportan las empresas explotadoras del parque nuclear como Iberdrola„ «no nos ha comunicado nada (sobre un posible retraso en la construcción del ATC de Villar de Cañas) y por lo tanto no hay nada, tan solo un proyecto por definir por si hubiera que hacer frente a esa contingencia», manifestó el portavoz. Sin embargo, la documentación a la que ha tenido acceso este diario „un informe elaborado por dos inspectores del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el pasado mes de diciembre„ no ofrece lugar a dudas sobre lo avanzado del proyecto.

Inspección en diciembre

La inspección, realizada físicamente en la central los días 14 y 15 de diciembre de 2015 y ratificada por las partes (CSN y CN Cofrentes) el 21 de marzo de 2016, analiza la situación actual de las dos piscinas de combustible gastado de la nuclear de Cofrentes, donde se encuentran almacenados los elementos más radioactivos generados en la central desde su entrada en servicio.

Según la redacción final del acta, «el licenciamiento» „proceso para la obtención de todos los permisos„ del Almacén Temporal Individualizado de Combustible Gastado (ATI) «previsto en el emplazamiento de la central «podría iniciarse a final de año (2015), «según planificación de actividades enviada por el titular»„en alusión a Iberdrola.

«Se trataría „según información suministrada a los inspectores„ «de una instalación en plataforma de hormigón para 24 contenedores con una capacidad máxima de 61 elementos cada uno, condicionada por la potencia de la grúa de manejo del cofre», edificio blindado en el que se encuentran las piscinas de combustible.

Según el citado documento, esta modificación «proporcionaría almacenamiento para el combustible de 5 recargas» permitiendo el funcionamiento de la central nuclear valenciana «hasta el año 2031», diez años más del plazo máximo estimado con la capacidad actual.

El texto añade, además, que las «previsiones del titular son presentar la evaluación de impacto ambiental en el segundo semestre de 2016, la solicitud de modificación para la construcción y montaje hacia el último semestre de 2016 y la solicitud de puesta en marcha en 2017, con el objetivo de poder tenerlo operativo a principios de 2019.

Respecto al tipo de contenedor, Iberdrola comunica a los inspectores del Consejo de Seguridad„ de hecho pide una modificación del acta para que quede claramente expresado„ que todavía no está decidido, aunque apunta a que se tratará de contenedores mixtos, de almacenamiento y transporte, supuestamente para facilitar su posterior traslado al ATC de Villar de Cañas, si finalmente se terminan las obras.