Las declaraciones de imputados y testigos que han ido desfilando primero ante el juez José Castro y en los últimos tiempos en la vista oral habían acreditado que todos los protagonistas conocían los eslabones de la cadena de mando, al menos a la hora de atribuir las culpas del despilfarro del fichaje de Iñaki Urdangarin. Los dos exdirectores generales de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias (Cacsa) —José Manuel Aguilar y Jorge Vela—, que soportó a medias con Turismo Valencia los más de tres millones de canon que cobró el Instituto Nóos, miraron hacia arriba para achacar especialmente al secretario autonómico Luis Lobón la responsabilidad de firmar el convenio para montar el Valencia Summit. Lobón, a su vez, siguió elevando la culpa y señaló al entonces vicepresidente económico, Gerardo Camps, a quien ayer le tocó testificar en Palma.

Ahí se cortó la cadena. Gerardo Camps, quien a su vez era presidente del consejo de administración de Cacsa, exculpó al expresidente Francisco Camps al negar haber recibido «ningún encargo ni ninguna instrucción» del exjefe del Consell para negociar el contrato con el Instituto Nóos, una entidad supuestamente sin ánimo de lucro que no podía generar beneficios pero que ingresó en tierras valencianas unos 3,7 millones entre el Summit y los Juegos Europeos que nunca organizó, cuando los servicios que prestó apenas generaron 900.000 euros de gasto según la pericial del juzgado de Palma.

En su declaración como testigo, el exconseller de Economía explicó que Francisco Camps era la única persona, por el organigrama de la Generalitat, que le podía haber ordenado que se reuniese con alguno de los responsables de Nóos a fin de «tener un grado de conocimiento de tal o cual persona. Nadie se dirigió a mí para hablarme de ello», reiteró.

Se llevaba desde Presidencia

«Yo no estuve reunido nunca con el señor Torres ni con el señor Urdangarin ni con nadie del Instituto Nóos», abundó, para señalar que las relaciones con la asociación que presidía el marido de la infanta Cristina «se llevaban desde Presidencia» de la Generalitat porque estaban ligadas a la celebración de la Copa América de vela. Según Gerardo Camps, «las relaciones con el Instituto Nóos se llevaban desde el Comisionado para la Copa América, que dependía de la Presidencia de la Generalitat». El cargo lo ocupaba Eugenio Pérez Mifsud.Cacsa, apuntó, se limitó a ejecutar una decisión proveniente de ese comisionado.

El exconseller negó, además, que le informasen de la reunión entre Iñaki Urdangarin, su exsocio Diego Torres, Francisco Camps y la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, que según Torres se celebró en el Palacio de la Zarzuela para abordar el proyecto del Valencia Summit y exponer los objetivos perseguidos por la entidad entonces presidida por el exduque de Palma.

Torres puso fecha al encuentro: el 29 de enero de 2004, casi nueve meses antes de que fuese firmado el convenio para la celebración del Valencia Summit. Gerardo Camps fue también interpelado sobre un correo en el que el exasesor en la Secretaría Autonómica de Eventos y Proyectos y del Comisionado para la Copa América en el gabinete del presidente de la Generalitat Nicolás Figueras trasladaba órdenes directas a la responsable de gabinete del director general de Cacsa, Carmen Descals, procedentes de Gerardo Camps. Un email, fechado el 30 de septiembre de 2005, en el que Figueras señalaba: «Carmen, las directrices del conseller [Gerardo Camps] fueron claras, hacer lo que haga el ayuntamiento, por lo que si hay que incluir el tope de suplidos se incluyen». El fiscal anticorrupción Pedro Horrach dijo no entender cómo Figueras daba el visto bueno en vez del entonces director general de Cacsa, José Manuel Aguilar. Se preguntó Horrach si éste era «una pura figura decorativa», a lo que Gerardo Camps respondió que no pero que, tras negociarse el evento con Figueras, Nóos y la Fundación Turismo Valencia «fueron los que lo impulsaron».

El exconseller de Economía exculpó al expresidente, pero sobretodo se salvo a sí mismo. Así, desmintió haber dado órdenes a Luis Lobón para que se reuniera con el socio de Urdangarin, Diego Torres, para tramitar la organización de los foros Summit. El pasado 17 de febrero, Lobón, que se enfrenta a peticiones de pena de entre 8 y 11 años, declaró que en 2014 el exvicepresidente Camps le pidió que recibiera a Diego Torres para que le planteara un proyecto que consideraba interesante.