La Diputación de Valencia destinará un total de cuatro millones de euros para garantizar la seguridad de la carretera CV-428 a su paso por Cortes de Pallás tras el desprendimiento de una ladera que cortó la vía de acceso a la localidad en abril de 2015, según informó ayer la corporación.

Las obras de emergencia para reabrir la carretera supusieron una inversión de cerca de 2 millones de euros. Pese a que los trabajos continúan, la carretera vuelve a estar en uso desde diciembre del pasado año, ocho meses después del desprendimiento. Por otro lado, durante este año se licitarán y efectuarán nuevas acciones por valor de otros 2 millones de euros.

Actualmente se están realizando trabajos de estabilización de la ladera, dentro de la primera fase de una actuación, que se prolongará en los próximos meses con el acondicionamiento y el refuerzo del firme, la mejora de la iluminación y la eliminación de filtraciones de agua en el túnel y la urbanización del acceso al pueblo.

Asimismo, los técnicos del área de carreteras de la Diputación están equipando la ladera con prismas geodésicos que permitirán efectuar un control «centimétrico» de deformaciones, que junto con diferentes campañas de escaneado láser de la ladera, permitirán detectar posibles movimientos en la montaña.

Dos obras por licitar

Por otra parte, los proyectos que están por licitar cuentan con dos partidas: una, de 1,3 millones de euros, contempla el reasfaltado de la carretera, con el acondicionamiento del firme y una ampliación de plataforma, la sustitución de elementos de contención y señalización, que están muy deteriorados, y mejoras en el túnel, como la iluminación y la instalación de paneles para captar el agua y evitar las humedades que aumentan el riesgo de desprendimiento. Estas obras comenzarán en verano y estarán acabadas antes de finalizar el año.

La otra actuación está presupuestada en 665.000 euros y está destinada a la urbanización del entorno. El objetivo es mejorar los accesos a pie a Cortes de Pallás en la zona en que se han producido las obras de la carretera, con una vía nueva hasta el embarcadero --en el que los vecinos tenían que coger una barca para cruzar el pantano y salir a la carretera mientras la vía estaba cortada-, y un recorrido asfaltado hasta la fuente de la Pileta, así como una nueva iluminación.