El caballo de Troya fue la estrategia de los griegos para penetrar en la ciudad fortificada de Troya y acabar cambiando, desde dentro, el curso de la Historia. Para el joven Víctor Valero, escribir un relato sobre la construcción de aquel mítico caballo y ganar el tercer premio de un certamen literario ha sido la estrategia „involuntaria„ para penetrar en el inexpugnable mundo de las barreras arquitectónicas: esa pléyade de ciudadelas que impiden entrar a los discapacitados y les bloquean una vida normalizada. Ahora, una vez dentro de las murallas, quiere ayudar a derribarlas.
Víctor, de 16 años, sufre una parálisis cerebral. Va en silla de ruedas desde su nacimiento. No puede andar y necesita ayuda para pasar a la cama o al baño. Pero es listo. Saca notables en primero de Bachillerato „va al colegio integrador Juan Comenius de Valencia„ y su mente es tan lúcida como robusto es su espíritu crítico ante las injusticias que sufre por tener la movilidad reducida. Su relato «En las entrañas de la bestia» „escrito junto con un compañero de clase„ ganó el tercer premio del certamen literario Compitalia, enmarcado en el festival de teatro grecolatino que esta semana se celebra en Sagunt.
Mañana tiene que recoger el galardón. Pero ha topado con el transporte público. Todos sus compañeros de clase viajarán en tren, de Valencia a Sagunt, en el Cercanías de las 8.30. En cambio, Víctor „el premiado„ no podrá ir con el resto del grupo. Renfe no ha podido garantizarles que el tren en el que viajan esté adaptado con la plataforma que permite subir a las personas en silla de ruedas. Tampoco habrá una persona en la estación de Sagunt para ayudarle a bajar del tren con su pesada silla eléctrica. No todas las estaciones disponen de este personal del servicio llamado Atendo. Según aclaran fuentes de Renfe, actualmente hay entre el 60 y el 70 % de trenes Cercanías adaptados para personas con movilidad reducida. El resto se está adaptando progresivamente en un plan que prevé tenerlos todos listos a finales de 2018.
En consecuencia, serán los padres de Víctor, natural de Loriguilla, quienes tengan que acompañarlo en su vehículo hasta Sagunt. Una vez allí, una ambulancia lo trasladará hasta el teatro romano para que pueda presenciar la obra de teatro y recoger el premio conseguido.
«Nunca puedes entenderlo»
Al joven, el hecho le parece «francamente deplorable». «Se supone que el transporte público debe ser accesible y que nosotros somos una parte de la sociedad. Y si una sección de la sociedad no puede hacer uso eficiente de él, no tiene ningún sentido. O es ignorar a una parte de la sociedad o negligencia», añade. La paradoja de ganar un premio y no poder ir a recogerlo de modo normal, como todo el mundo hace, «es como si todo el trabajo hecho no pudiera reconocerse», siente el chico.
Víctor insiste en que el hecho le duele no sólo por él, sino por el resto del colectivo con discapacidad que quiera utilizar el servicio de cercanías y encuentra estas dificultades. Para AVE y largas distancias sí que están todos los trenes adaptados. Pero no basta. Para Víctor, «si estamos en la sociedad de la inclusión, si somos parte integral de la ética del primer mundo, esto es justo lo contrario». Agradece las muestras de solidaridad, pero confiesa la impotencia de esas situaciones. «Si no lo vives „dice„ nunca puedes entenderlo del todo».
El colegio Juan Comenius, muy involucrado en la lucha por la integración, ha hecho suya la denuncia. La clase arropa a su compañero. Mañana estarán todos en Sagunt. Unos llegarán en tren. Uno llegará en coche particular. En las entrañas de la bestia „la desigualdad„ hay un nuevo caballo de Troya listo para cambiar el sistema.
