Se tiende a pensar que destacan por encima del resto, pero en algunas ocasiones sus padres opinan que son «niños invisibles». Familiares de menores con altas capacidades y profesionales se reunieron ayer en la Universitat de València, en una jornada titulada «¿Me detectas?».

Desde la Asociación Valenciana de Apoyo al Superdotado y Talentoso (Avast), piden que se dejen de lado los estereotipos y que se incida más en la detección de estos niños en el ámbito escolar a edades tempranas. Se calcula que el 5 % de los alumnos es superdotado, pero la realidad es que en los centros solo hay uno o dos, cuando la media debería ser de 18 por escuela.

«No le dan la prioridad que le dan a otras necesidades educativas», explica Mari Carmen Perales, madre de un niño con altas capacidades. Es por ello por lo que piden que, «por norma» y de forma obligatoria, todos los niños de una edad determinada realicen una prueba («screening») para evaluar sus capacidades, como ya hacen algunos centros en primero de primaria. Así, se detectarían todos los casos, además de otras necesidades educativas especiales.

Desde Avast, Perales también reclama que haya «más voluntad política»; que la inclusión y la equidad en las aulas también les tenga en cuenta; y que se apliquen los protocolos ya creados pero que «desconocen la mayoría de profesores».

Ana Doménech, orientadora del servicio pedagógico escolar de Valencia, recordó la importancia de trabajar junto a la familia y los profesores.

En general, aunque es un grupo muy heterogéneo, los niños con altas capacidades leen, hacen preguntas complejas y entienden las ironías, a edades muy tempranas.