«¡En guardia!». Esa fue la postura mayoritaria de muchos de los consistorios de la Comunitat Valenciana que izaron banderas republicanas en sus balcones, que ayer decidieron hacer «oídos sordos» al requerimiento de la Delegacion de Gobierno, que instó a estos ayuntamientos a retirar las banderas para que se hiciera cumplir la Constitución.

«Con esta práctica se fomenta la polémica de división y confrontación. Abre viejas heridas y fantasmas, y es una demostración más del sectarismo con el que gobiernan algunos dirigentes políticos», afirmó ayer el delegado de Gobierno, Juan Carlos Moragues, cuya visión también compartió el Ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, quien consideró «lamentable» el izado de la enseña tricolor.

Tabernes, Pedreguer, Paiporta, Alzira, Sumarcàrcer, Xilxes, Sagunt, Xirivella, Valencia o Puçol fueron algunos de los municipios cuyo ayuntamiento amaneció ayer con una bandera republicana aireando en su edificio municipal. Gran parte de estas localidades optaron por negarse a retirar las banderas republicanas, como Xirivella, donde el equipo de gobierno, formado por PSPV, Compromís y Sí se puede Xirivella, no consideró necesario retirar la bandera, por considerar que esta se encontraba junto a la constitucional. «La republicana es de menor tamaño que las oficiales y está visualmente separada, con un cuarto poste retirado de la zona central de la fachada», aseguraron desde el consistorio.

En concreto, la Delegación se acogió a la Ley de Banderas de 1981 y a la Constitución de 1978 para presionar a estos consistorios, donde se especifican cuáles con los símbolos del estado-nación. En este caso, la bandera constitucional, la monárquica bicolor. La Ley de Banderas, concreta además que la reglamentaria debe ondear en el exterior de todos los edificios de la administración pública y prohibe la exhibición de otra bandera con símbolos de algún partido, asociación o empresa.