Iñaki Urdangarin consideró la Comunitat Valencia como su tierra prometida. Tras conseguir más de tres millones de euros de las administraciones valencianas para su congreso de reputación Valencia Summit, el marido de la Infanta vio que en esta autonomía de oportunidades sus sueños se podían hacer realidad. Y cuál fue esa ilusión, un megaproyecto urbanístico en el corazón del parque natural de l´Albufera. Pero el otrora conseller de Territorio y eurodiputado del PP, Esteban González Pons, quien debía autorizar esta iniciativa, se negó en redondo, tal como declaró el pasado jueves ante el tribunal de Mallorca que juzga el caso Nóos. La ambición urbanística del exduque se vio truncada pero el proyecto ha quedado para la posteridad.

Para conseguir sus intenciones, Urdangarin se alió con el promotor Enrique Bañuelos, en aquella época propietario de la exitosa „después ruinosa„ Astroc. Como ya contó Levante-EMV el 23 de junio de 2013, el proyecto, que está en los archivos de la empresa pública Vaersa pero que nadie sabe quién pagó, tenía un presupuesto de 1.038 millones de euros, según el boceto de la consultora CM (hoy CMD). Este periódico también adelantó hace ahora casi tres años que la negativa de González Pons acabó con la ambición del marido de la Infanta Cristina.

El proyecto se gestó a principios de 2006 en una reunión entre el exconseller de Territorio ahora en prisión, Rafael Blasco, y representantes del Instituto Nóos, fundación del exduque de Palma, y la Fundación Metrópoli. El boceto final se encargó a CM, sobre el 11 o 12 de mayo de 2006 y se finalizó el 25 de mayo, según fuentes conocedoras del proyecto. Pero no les dio tiempo a presentar los planos definitivos a Blasco puesto que 5 días después (el 30 de mayo) dimitió como conseller y fue relevado por González Pons.

Ya con el actual eurodiputado del PP al frente de Territorio y con el Consell envuelto en una tormenta política en las Corts sobre los abusos urbanísticos, acudieron Bañuelos y Urdangarin a ofrecerle el proyecto de la Valencia Olímpica redactado por CM. Pons, que definió su política como sandía (roja por dentro y verde por fuera) y que enmendó toda la política urbanística de su antecesor, se opuso radicalmente a la construcción de dos urbanizaciones, un estadio de atletismo, un canal y una piscina olímpica en zona protegida y emblema de Valencia.

En el proyecto «Valencia Olímpica», la promoción más grande se llamaba «Puerta de la Albufera» y consistía en una urbanización de 349.526 metros cuadrados, 258.616 para residencia y 90.909 de terciario. La segunda macrourbanización fue bautizada como la «Ecociudad» y iba a ocupar los terrenos de huerta entre Castellar y Oliveral y el mar.

La ecociudad iba a tener una edificabilidad total de 397.418 metros cuadrados, de los cuales 306.508 iban a ser residenciales y 90.909 terciarios, según el proyecto en poder de este periódico. Esta macrourbanización estaría atravesada por un canal fluvial para la práctica de piragüismo y otros deportes de agua dulce. La ciudad de Valencia se conectaría con «Valencia Olímpica» a través de un monorraíl.