La presunta «colaboración» del exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau con la Fiscalía Anticorrupción se tradujo ayer en una comparecencia ante el juzgado, como testigo, en la que puso la primera piedra de la estrategia para «desacreditar» las grabaciones que la Guardia Civil hizo a su esposa, Maria José Alcón, en las que admitía el blanqueo de dinero y la corrupción en el PP de la ciudad de Valencia.

Grau abrió ayer la ronda de seis comparecencias ante el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia, que investiga el presunto blanqueo de capitales cometido por el grupo municipal popular en la última campaña electoral municipal. El exvicealcalde, que declaró durante dos horas de forma «extensa y detallada», explicó que su mujer estuvo ingresada en el Hospital de Aigües Vives «desde finales de marzo hasta principios de abril» y que sólo salió, acompañada por él, para firmar su participación en la candidatura electoral a las elecciones municipales de 2015. Tras ese breve viaje, Alcón sólo volvió a salir para participar en la foto de grupo que los candidatos del PP se hicieron en el Mercado de Colón, según explican a Levante-EMV fuentes conocedoras de las declaraciones.

Grau también explicó que Alcón se enteró de que no iría como número tres de la lista del PP, sino la número 16, el mismo día que fue a estampar su firma en la candidatura, lo que le provocó un enorme enojo, por lo que empezó a «despotricar» de todo el mundo. El exvicealcalde sí que admitió que Alcón también le explicó que «encima me han pedido que aporte 1.000 euros y que después me los devolverán». Aunque, añadió, a él no le consta que a su esposa le retornaran los 1.000 euros en dos billetes de 500 euros. Un hecho que sería materialmente imposible porque estaba ingresada en el citado sanatorio, según la explicación que ofreció ante el juez.

Alfonso Grau, médico de profesión, también detalló que la enfermedad de su mujer le obligaba a tomar una fuerte medicación por lo que se plantearían «serias dudas» de que «estuviera en condiciones para tener cualquier conversación certera en su contenido», cuando era grabada.

En las conversaciones grabadas por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Maria José Alcón explica a su hijo la mecánica del presunto blanqueo «Yo les tenía que hacer una transferencia legal para blanquear dinero, vamos corrupción política total (...) y después me daban dos billetes de quinientos». Una mecánica que la exconcejala popular volvió a explicar días después a su hermana, en otra conversación grabada por la Guardia Civil, por lo que los argumentos sobre su falta de capacidad quedarían en entredicho. Aunque la intención de la defensa de Alcón es solicitar la anulación de las grabaciones ya que se hicieron a una persona «enferma» que mantenía una «conversación privada entre madre e hijo» por lo que, aseguran, las grabaciones y su divulgación «afecta a los derechos de las personas enfermas».

Respecto a otros detalles por aclarar sobre las finanzas del Partido Popular de Valencia, Alfonso Gau también aseguró desconocer quién sugirió la aportación de los mil euros en la reunión de febrero del comité de campaña, que el presidió hasta marzo de 2015, así como las donaciones anónimas que desveló la «cajera del PP», Maria del Carmen García-Fuster. Grau devolvió la pelota al tejado de la secretaria del grupo municipal popular al asegurar que el control de las cuentas era un asunto que llevaba la considerada como la alter ego de Rita Barberá. El exvicealcalde también negó rotundamente que él fuera el «recaudador» que recogía estas aportaciones anónimas al partido. «Ni lo he sido, ni lo soy, ni lo seré», respondió Alfonso Grau, según fuentes conocedoras de su declaración.

Contradicción entre Grau y Pi

Sin embargo, los investigadores pillaron a Grau en un pequeño renuncio. Según su versión, no acompañó a su mujer a la firma de la candidatura y la esperó en la calle. Aunque una de las investigadas que declaró ayer, Maria José Pi (secretaria de la cajera del PP, Maria del Carmen García-Fuster) declaró al juez que sí que vió a Alfonso Grau junto a Maria José Alcón, el día de la rúbrica de la candidatura popular.

Además de Grau también declararon los ediles Beatriz Simón, Cristobal Grau y el exconcejal de Hacienda, Silvestre Senent. Éste último y Simón lo hicieron de forma voluntaria ya que, hasta ahora, se habían negado a declarar hasta que no se levantara el secreto del sumario. Los tres admitieron que realizaron el ingreso de los mil euros (acreditado por los certificados bancarios) pero negaron que el partido les devolviera el dinero en los dos famosos billetes de 500 euros. Los tres desconocían quién y cómo decidió realizar la aportación de los famosos mil euros, así como la existencia de donaciones y quién era la figura del «recaudador» a la que aludió Maria del Carmen García Fuster. Grau también tuvo que explicar el ingreso de 1.500 euros en su cuenta que hizo días después de la donación y que justificó en que procedía de los beneficios del «cultivo de la chufa».