­El pasado lunes murió en Valencia a la edad de 84 años Loli Rubio Rubio, viuda del empresario cullerense Francisco Bru Gómez, quien falleció en junio de 2013 a los 85 años. Para Maribel, la mediana de las tres hijas de este matrimonio afincado en Valencia pero muy ligado a Cullera y Llaurí, Loli ha sido «la mejor mamá del mundo, ella era especial, tenía detalles para todos...»

Aunque nació en Favara en 1931, en la casa de su abuela materna, Loli Rubio Rubio estaba muy vinculada a Llaurí, municipio en el que vivían sus padres y donde pasó su infancia y juventud. Alumna interna del Colegio Jesús y María de la gran vía Fernando el Católico de Valencia, Loli conoció a Francisco en el verano de 1955 cuando ambos navegaban frente a Cullera a bordo de un barca de pesca a la que habían sido invitados.

«Un matrimonio ejemplar»

El flechazo fue inmediato porque seis meses después se casaron y, de no haber fallecido Francisco, la pareja habría a celebrado este pasado 23 de febrero sus 60 años de unión. «Jamás podré olvidar el amor que se tenían mis padres, fueron un matrimonio ejemplar hasta el último día, pues mi padre se despidió pidiéndole un beso a mi madre», revive Maribel emocionada.

Francisco Bru Gómez nació en Cullera en 1928. Era hijo del farmacéutico Francisco Bru Rico y de Isabel Gómez Sanz. Desde muy joven se trasladó a vivir a Valencia, donde sus padres tenían una farmacia. Este empresario era un enamorado del mar y de su villa natal, donde disfrutaba saliendo a navegar en los diversos tipos de embarcaciones que tuvo.

En Cullera llevaba la administración de los huertos que su padre tenía en la zona del Brosquil, además de diversos campos de arroz y también se encargaba del alquiler de diversas propiedades y apartamentos repartidos por todo este municipio de la Ribera.

Cuando se casaron Francisco Bru Gómez y Loli Rubio Rubio fijaron su primer domicilio en una casa del carrer Nou, en el céntrico barrio de la Vila. Años después el matrimonio se mudó a Valencia, pero nunca rompió sus lazos con Cullera, donde la familia pasaba el verano y también en abril acudía a las fiestas patronales en honor de la Mare de Déu del Castell. Tampoco perdieron su relación con Llaurí, municipio que solían visitar con motivo de las fiestas de Sant Blai.

Enamorados del mar

Sus primeras estancias en Cullera las pasaban en el chalé que los padres de Francisco Bru Gómez tenían en la avenida Blasco Ibáñez frente a la playa de Sant Antoni y sobre en el que en los años 60 se levantó el edificio Isabel. La finca luce este nombre en recuerdo a la madre y abuela de Francisco.

Respecto a Loli, su hija destaca que «todo el mundo la quería, todos la apreciaban, era una mujer especial y una madre ejemplar que ha dedicado su vida a cuidar de sus hijas y también de sus padres y suegros». «Agradezco el gran ejemplo que me han dado mis padres para ser una buena persona como ellos», concluye Maribel.

El Tanatorio Municipal de Valencia, donde se encuentra la capilla ardiente, acogerá hoy (11 horas) la misa funeral por el eterno descanso de Loli, que será enterrada en el panteón familiar de Llaurí. Allí se reencontrará con Francisco, el gran amor de su vida.