El presidente de Aguas de Valencia (Agval), Eugenio Calabuig, afirmó ayer ante el tribunal que juzga el caso Nóos que pagó un total de 375.000 euros a Iñaki Urdangarin a través de una cuenta domiciliada en Suiza por la búsqueda y localización de inversores fuera de España, servicios que finalmente no fructificaron.

No obstante, ha asegurado desconocer que el dinero fuese canalizado realmente a través del presunto testaferro de Urdangarin Robert Cockx, de quien, según las investigaciones, se sirvió el marido de la Infanta Cristina a efectos de mantener la opacidad de las transacciones. Para ello, Cockx cedió una empresa fiduciaria de su propiedad, Alternative General Services, domiciliada en Irlanda y cuya cuenta corriente estaba radicada en Laussane (Suiza). El supuesto hombre de paja habría cobrado un 5 por ciento de las operaciones a cambio de figurar en las mismas. «Autoricé el pago y punto. Creí que Alternative General era de Urdangarin», aseveró Calabuig en su declaración.

Tal como explicó durante su declaración en la vista oral, el testigo ha recordado que mantuvo varias reuniones con Urdangarin «para que nos buscara negocios fuera de España», después de que se lo presentase el empresario Miguel Zorío. En esos encuentros, ha apuntado, solían estar presentes «gente del Banco de Valencia, de Agval y Zorío». Al ser preguntado sobre si conocía la empresa Alternative y a Cockx, ha manifestado que no, y que si firmó con esa mercantil fue porque pensó que «sería de Urdangarin».