«Nosotros miramos por los niños, hay quien mira por el titular del centro». El conseller de Educación, Vicent Marzà, se expresó ayer así al ser preguntado por las críticas a las supresiones de aulas concertadas para el próximo curso y las protestas que han convocado la patronal Escuelas Católicas de la Comunitat Valenciana (Escacv) y la fundación del Arzobispado de Valencia que agrupa a los colegios diocesanos. «No he escuchado manifestaciones de estos grupos cuando ellos mismos tenían a sus niños con 28 por aula, cuando sólo cabían 22», ha replicado el conseller. «No sé porqué no se manifestaban por la calidad educativa de esos niños, y sí que se manifiestan ahora pensando en no sabemos qué».

«Interés por crear miedo»

Así, para Marzà las críticas desde estos sectores son «ataques totalmente infundados» y «esas barbaridades» se han lanzado porque «a alguien le interesaba crear miedo, no porque la realidad respondiera a esto».

Por otra parte, la portavoz de Educación del PP en las Corts, Beatriz Gascó, dijo ayer que Marzà «ha rectificado para no cerrar alguna unidad de la educación concertada» por «la cercanía electoral», pese a que «este Consell no engaña a nadie y ya se le ha visto su auténtico perfil: aniquilar la educación concertada».

La portavoz subraya en un comunicado, que la educación es un tema «muy serio» y que se necesita un conseller «serio, no un hooligan sectario». Para Gascó, «Marzà solo recula obligado ante la cita electoral y el temor al coste social que puede conllevar».