El exalcalde de Madrid y exministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón contradijo al expresidente de la Generalitat Francisco Camps, durante su declaración como testigo en el juicio del caso Nóos, al asegurar que no le pidió que renunciara a los Juegos Europeos (JJ EE) porque eran «acontecimientos distintos».

Gallardón, inquirido sobre si recibió una llamada del expresidente de la Generalitat en el marco de la candidatura, señaló: «Recuerdo una conversación con Camps sobre si la candidatura de Valencia para los Juegos Europeos podía afectar o no a la de Madrid 2010. Concluimos que eran acontecimientos distintos». Camps declaró durante el juicio, el exalcalde de Madrid se puso en contacto con él para pedirle que renunciaran a los JJ EE, y afirmó que así lo hizo «por patriotismo y españolidad».

De hecho, en declaraciones a la agencia Efe, el expresidente de la Generalitat Francisco Camps reiteró que el exalcalde de Madrid le llamó a finales de 2010 para pedirle que Valencia no presentara ante el Comité Olímpico Internacional su propuesta para los Juegos Europeos.

Llamada a Camps

El expresident de la Generalitat asegura que esa llamada se produjo en diciembre de 2010, cuando Camps, junto con la entonces alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, ya tenían concertada una cita con el Comité Olímpico Internacional para plantear la propuesta valenciana de Juegos Europeos.

Camps explica que, si bien unos juegos olímpicos no se solapan en ningún caso con unos juegos europeos, sí puede interferir que un mismo país presente varias opciones.

De hecho, indica que un comité olímpico nacional no puede plantear simultáneamente varias propuestas al Comité Olímpico Internacional, es decir, que si Valencia hubiera presentado su candidatura a los Juegos Europeos, España no habría podido optar a los juegos olímpicos hasta que se hubiese resuelto la primera propuesta.

Camps señala que Gallardón le llamó

para explicarle que Madrid iba a presentar su candidatura para los Juegos Olímpicos de 2020, por lo que se anuló la reunión que la Generalitat ya tenía concertada para el 10 de enero de 2011 en Lausana con el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, «que nunca llegó a celebrarse». El expresident ha insistido en que Gallardón le pidió que no se mantuviera esa reunión y así se hizo porque se entendió que era más importante la candidatura de Madrid, en la que Valencia sería además subsede para las competiciones de vela.

Vetos a la información

Durante la jornada de ayer también declaró como testigo en el juicio del caso Nóos la exconcejala del PSPV en el Ayuntamiento de Valencia Ana Botella. La exedil que ahora es diputada en el Congreso confirmó al tribunal que el exvicealcalde Alfonso Grau le dificultó el acceso a la información relativa a los Valencia Summit.

Botella compareció a petición de la acusación popular, que ejerce el grupo socialista, para defender que la Fundación Turismo Valencia Convention Bureau (FTVCB), que cofinanció los foros del Instituto Nóos, se regía como una entidad privada pero debió actuar como empresa pública.

Botella ha relatado las dificultades que le puso el exvicealcalde de Valencia Alfonso Grau para acceder a información y ha admitido que no tuvo conocimiento directo de los Valencia Summit cuando se celebraron (2004, 2005 y 2006) porque aún no era concejala.

Más indirecto, según su testimonio, era el conocimiento del siguiente testigo, el también concejal socialista, Salvador Broseta, que continuó la labor de indagación de Botella a partir de 2011.

Tras él ha prestado declaración la ex jefa de prensa de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia Rocío Casanova, que ha defendido que en la parte que a ella le correspondía, la repercusión mediática de los eventos, los Valencia Summit estuvo justificada, aunque el impacto de las fotos en medios de comunicación fue medido por el propio Instituto Nóos, no por las entidades públicas que los organizaron y los pagaron.