La coordinadora de la Unidad del Niño Internacional de La Fe y pediatra especialista en salud mental infantil, Gemma Ochando, se encargó ayer de ofrecer los primeros datos sobre el estado de salud en el que había llegado el pequeño Osman a España. Algo desnutrido, con una leve anemia y 11 kilos de peso. «Estable». Nada, en principio, que haga temer a los médicos por su estado. El programa de los especialistas de La Fe es remitir al niño para ser valorado además de en Nutrición, por Neuropediatría, Enfermedades Infecciosas, Genética, Traumatología Pediátrica y Rehabilitación.

La parálisis cerebral es una patología crónica que no tiene tratamiento por lo que el objetivo médico ahora es mejorar la calidad de vida del pequeño controlando las crisis epilépticas que vienen asociadas a su enfermedad y, sobre todo, atenuar la espasticidad que sufre. Esta contracción permanente de los músculos se registra en niños con parálisis cerebral que no tienen la adecuada atención de rehabilitadores y fisioterapeutas.

Ochando aseguró ayer que la intención es tener a Osman el menor tiempo posible ingresado ya que quieren que vuelva con su familia y a un entorno normalizado cuanto antes. De hecho, en un tratamiento como el suyo de una enfermedad crónica siempre se puede hacer de manera ambulatoria. «Esperamos que el ingreso dure pocos días siempre que no sufra un cuadro agudo», aseguró Ochando.

Sus hermanos Yamil y Monir también han sido sometidos a varias pruebas en esta unidad internacional y se encuentran «bien». La unidad es una de las tres que existen en España dedicada a tratar la atención de niños adoptados, en acogida o migrantes. Desde 2008 se han atendido más de 250 casos.