La innovación que bulle en las cabezas de los estudiantes de la Universitat Politècnica de València (UPV) cautiva de nuevo a la NASA. Y lo hace apenas dos años después de que un equipo de alumnos del Campus de Vera ganara, gracias a un nuevo concepto de casco espacial, el concurso mundial de diseño de aplicaciones con que la agencia norteamericana reta a los universitarios a buscar soluciones innovadoras para los desafíos que plantea la conquista del Universo.

La Politécnica se ha vuelto a colar entre los cinco finalistas mundiales del certamen «Space Apps Challenge» de la NASA en la categoría Mejor Uso de Hardware. Lo hace con un prototipo para mejorar el traje espacial de la futura misión a Marte con un exoesqueleto, una mochila propulsora y un casco de realidad aumentada.

El equipo «Mars UPV» está compuesto por 15 alumnos de grado, posgrado y recien titulados, así como tres profesores del Instituto Universitario CMT-Motores Térmicos de esta universidad. En la final de hardware competirán contra universitarios del Reino Unido, Francia, Bulgaria y Argentina.

Su proyecto se basa en un exoesqueleto inteligente, una estructura externa al traje que refuerza los movimientos de los astronautas desde el impulso del nervio.

Además, incorpora una mochila propulsora cuyo atractivo radica en que usa como combustible una mezcla de metano líquido y oxígeno que se puede sintetizar o extraer a partir del ambiente marciano.

«Hemos presentado un sistema de transporte personal para Marte que utiliza los recursos naturales que se pueden encontrar en el planeta rojo», apunta Luis Miguel García-Cuevas, docente del Grado en Ingeniería Aeroespacial y miembro del Instituto CMT. El sistema de propulsión, prosigue, «se compone de una mochila con depósitos de combustible y oxidante, y unas toberas propulsivas que permiten desplazarse de un lado a otro de Marte».

Casco de realidad aumentada

La tercera idea revolucionaria del prototipo es un casco de realidad aumentada en el que una pantalla integrada en la visera permitirá al astronauta obtener información del terreno y detectar posibles señales de vida. Para ello han diseñado un software específico que interactúa con el entorno.

Germán Torres, ingeniero aeronáutico y coordinador del proyecto «Mars UPV», comenta que llegar a la final «ya es una recompensa muy grande». «Hemos conseguido un demostrador que puede ser utilizado para el entrenamiento de astronautas y el prototipo que presentamos lleva detrás un estudio teórico y técnico que asegura que es viable», concluye.