La Policía Nacional ha detenido por un presunto delito de intrusismo profesional y contra la salud pública a un supuesto profesional que ejercía en Burjassot en una clínica privada que tampoco contaba con las preceptivas licencias y permisos.

Según informaron ayer fuentes del colegio oficial de Odontólogos de Valencia, el presunto dentista, de origen iraní, Kaveh S., ejercía en un piso de la carretera de Llíria de esta localidad. La detención llegó tras la denuncia del propio colegio que fue puesto en alerta por un paciente tras ver comportamientos «poco normales» en una clínica dental como la forma en que se desechaban las jeringuillas tras su uso, sin ningún control.

El colegio de odontólogos comprobó que Kaveh S. no estaba colegiado y dio parte a la policía, aunque no pudo determinar la cartera de clientes que estarían afectados aunque sí han comprobado que la clínica funcionaba con normalidad y tenía bastantes pacientes. El negocio ha quedado clausurado aunque, al ser también un piso particular, está siendo utilizado como tal.

Desde la institución colegial desvelaron asimismo que el ahora detenido era conocido en el municipio por haber regentado anteriormente un bar.

Un segundo colegiado detenido

La operación concluyó con la detención de un segundo odontólogo, este sí colegiado, que trabajaba de forma esporádica y que habría sido acusado de un presunto delito de encubrimiento.

La institución presentó el año pasado tres nuevas querellas por intrusismo profesional y ya son siete las que están en tramitación judicial. El presidente del colegio oficial, Enrique Llobell, recordó ayer la necesidad de comprobar que el profesional que presta la atención bucodental es un dentista colegiado.

«Si un intruso trabaja de fontanero tienes un problema, pero si es en una profesión sanitaria como la de dentista lo que te estás jugando es la vida», aseguró ayer.